Aaron Rodgers lanzó para 305 yardas y cuatro touchdowns y los Green Bay Packers superaron 34-17 a unos mermados 49ers de San Francisco.
“Fue un juego diferente. Probablemente han tenido uno de los peores años de lesiones que he visto en mucho tiempo, por lo que no es el mismo equipo que vimos dos veces el año pasado… Salimos y ejecutamos de la manera que esperábamos”, dijo Rodgers.
El mariscal de campo conectó pases profundos a Davante Adams y Márquez Valdés-Scantling, y un lanzamiento corto a Marcedes Lewis en la primera mitad para llevar a los Packers (6-2) a una ventaja de 21-3 sobre los Niners (4-5).
Fue todo distinto en relación a los dos encuentros de la temporada pasada cuando San Francisco superó a Green Bay por un combinado de 50-0 en las primeras mitades en el camino a victorias desiguales en la temporada regular y al juego por el título de la NFC.
La revancha no se parecía en nada a esos juegos en parte porque a los Niners les faltaban casi todas sus piezas clave del juego debido a lesiones y una prueba positiva de coronavirus para el receptor Kendrick Bourne, que también marcó a tres de sus compañeros de equipo por contactos de “alto riesgo”.
Eso dejó a San Francisco sin el mariscal de campo Jimmy Garoppolo (tobillo), el ala cerrada All-Pro George Kittle (pie), el corredor estrella del título de la NFC Raheem Mostert (tobillo), los receptores Deebo Samuel (tendón de la corva) y Brandon Aiyuk (lista COVID-19) , el tackle izquierdo Trent Williams (lista COVID-19) y los defensores clave Nick Bosa (rodilla), Dee Ford (espalda) y Richard Sherman (pantorrilla).
AP
