Mario Molina, su relación con Obama y su huella en la lucha ambiental en EU

Foto: Instituto Mario Molina

El 20 de noviembre del 2013, Mario Molina, el mexicano ganador del premio Nobel, recibió por parte del entonces presidente estadounidense Barack Obama (2009 – 2017) la Medalla Presidencial de la Libertad. En la ceremonia, realizada en la Casa Blanca, el exmandatario afirmó que el doctor influyó en las políticas ambientales del país y aplaudió que promoviera una “concientización internacional” a favor del cuidado del planeta. 

Las palabras de Obama llegaron cuatro años después de que él mismo nombrara a Molina, quien investigó los efectos de los clorofluorocarbonos en la capa de ozono, como un miembro del Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología, un grupo conformado por 21 científicos e ingenieros que estuvo junto al mandatario los ocho años que ocupó el cargo. 

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Durante ese tiempo, el gobierno estadounidense estableció el Clean Power Plan, que impuso los primeros estándares nacionales de contaminación por carbono para las plantas de energía, la mayor fuente de contaminación en Estados Unidos. 

La administración de Obama igualmente hizo la mayor inversión en energía limpia de la historia por medio de la Ley de Recuperación y Reinversión Estadounidense, que proporcionó más de 90 mil millones de dólares en inversiones estratégicas e incentivos fiscales para promover la creación de empleos y el desarrollo de tecnologías bajas en carbono. 

Además, aprobó los primeros grandes proyectos de energías renovables en terrenos públicos federales y protegió de manera permanente más de 222 millones de hectáreas de tierras y aguas de Estados Unidos, más que cualquier otra administración en la historia. 

Molina, quien nació el 19 de marzo de 1943 en la Ciudad de México, estudió Ingeniería Química en la UNAM, un posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania y recibió un doctorado en Fisicoquímica de la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos.

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La investigación que hizo respecto a los efectos de los clorofluorocarbonos en la capa de ozono derivó en la firma del Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas en 1987 y en la prohibición de la fabricación de este compuesto químico. 

Por este aporte, el investigador mexicano recibió el Premio Nobel de Química en 1995. 

“La curiosidad y creatividad que inspiraron al Dr. Molina de niño para convertir un baño de la casa en un laboratorio lo han llevado a décadas de investigaciones científicas”, expuso Obama en aquel discurso en el 2013. “El impacto de sus descubrimientos se extiende más allá de esta rama”.

Molina también era miembro de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto de Medicina de Estados Unidos.

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