OPINIÓN. Messi: No se murió el amor…

Messi
Messi celebra un gol como blaugrana (Foto: EFE).
• Messi se queda, obligado, sí, con lo complejo que resulta entender que concebía la separación como el mejor camino para seguirse amando... Él al Barcelona y el barcelonismo a él.

“No se murió el amor… Todavía”. Fueron 11 días llenos de emociones en los que estuvo cerca el fin de una época.

Luego de un silencio gallardo y calculado mientras el mundo ardía a su alrededor y se le acusaba de “traidor” y “malagradecido”, Lionel Messi apareció, resignado, molesto… “Infeliz”, como declararía en la entrevista con ‘Goal’.

En menos de un mes (22 días), el mejor futbolista del mundo recibió dos golpes contundentes: el 8-2 del Bayern Munich y la atadura de un año más para quedarse en un sitio en donde ya no quiere estar.

El villano de la serie (Josep María Bartomeu) le ganó la batalla al héroe… Vaya paradoja. Y al directivo le importa poco y nada si dicha victoria fue a costa de su palabra.

Messi se queda, obligado, sí, con lo complejo que resulta entender que concebía la separación como el mejor camino para seguirse amando. Él al Barcelona y el barcelonismo a él…

“Mi amor por el Barça no va a cambiar nunca”, escribió en Instagram luego de anunciar su continuidad. 

Y no, no se murió el amor, como dicta aquella canción ochentera de Manuel Mijares… Solo tiene otra cara.

Aquella letra también sentencia que “Después del fuego nacen las flores, tras de la tempestad”… Algo que en este caso luce poco probable, pese a la permanencia de Leo, pero es la esperanza del barcelonismo extendido por todos los rincones del mundo.

Si Messi se queda, que sea para seguir siendo Messi.

El drama, que empezó con un burofax y tuvo tintes de comedia y traición, termina en drama, pero no en tragedia.

Leo se queda en casa aunque ésta esté “patas pa’rriba”, sin timón, sin proyecto, con los malabares y agujeros que él mismo denunció… Pero en casa. Y aunque seguramente iba a estar mejor en otro sitio (al menos deportivamente hablando) pese al llanto anticipado de su familia, la mudanza solo se retrasó un año.

No merecía una salida en la que fuera señalado, una vez más. El club le dio todo y él le pagó con intereses, pero aún así nada se deben. Solo una despedida pacífica y si en el camino y en medio de la reconstrucción se atraviesa un título, bienvenido sea.

Messi se queda y no, no se murió el amor… Todavía

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