El presidente Donald Trump aceptó el jueves la candidatura presidencial republicana con un discurso en el que aseguró que está “decidido y dispuesto a recibir a millones de demócratas, independientes y todos los que crean en la grandeza de Estados Unidos”.
“Tendremos una nueva fe en nuestros valores, un nuevo orgullo por nuestra historia y un nuevo espíritu de unidad que únicamente podrá realizarse por medio del amor por nuestro gran país”, declaró el presidente estadounidense en la última noche de la Convención Nacional Republicana.
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Hace cuatro años, Trump aceptó la candidatura con un discurso en el que hizo un retrato de un Estados Unidos distópico y en decadencia, para el cual únicamente había una respuesta: elegirlo a él.
En esta ocasión, el mandatario describió al país como “la antorcha que ilumina al mundo” y un país, que pese a los avances, aún tiene espacio para mejoras. El republicano presentó ese argumento como un contraste con los demócratas, a quienes acusa de no amar al país.
“Joe Biden no es el salvador del alma de Estados Unidos. Es el destructor de los trabajos y, de tener la oportunidad, será el destructor de la grandeza estadounidense”, aseguró.
El mandatario igualmente habló de los progresos logrados en la lucha contra el coronavirus, a pesar de que la pandemia continúa matando a unas mil personas por día en Estados Unidos, cuando aceptó la nominación en la Casa Blanca.
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“Estamos brindando terapias que salvan vidas y produciremos una vacuna antes de fin de año o incluso antes. Derrotaremos al virus y emergeremos más fuertes que nunca”, declaró Donald Trump.
La decisión del mandatario de pronunciar su discurso desde la residencia presidencial generó controversia dado que el uso de una propiedad federal para actividades políticas generalmente está prohibido; el presidente y el vicepresidente, sin embargo, están exentos de la ley que lo restringe.
