Robert Lewandowski: El niño escuálido que se convirtió en el delantero perfecto

Robert Lewandowski, durante un festejo. (Foto: EFE).
• Cuando era niño se burlaban de él porque estaba muy flaco y nadie creía que podía ser futbolista... Hoy cumple 32 años y vive el momento más dulce de su carrera, convertido en el mejor delantero del mundo.

En su natal Varsovia se burlaban de él cuando era niño y confesaba su sueño de convertirse en un gran futbolista, pues estaba tan flaco que pocos le veían futuro en el deporte.

“Sus piernas parecían palos y cuando llevaba la pelota parecía que se iba a partir por la mitad. Le dije que comiera panceta (tocino de cerdo)”, llegó a declarar Krzystof Sikorski, uno de sus entrenadores en el Legia Varsovia 

Sus primeros pasos en el balompié los dio en el MKS, equipo de su ciudad, y de a poco fue buscando distintos horizontes para continuar su camino rumbo al profesionalismo: así pasó por el Delta y a los 16 años se enroló en el popular Legia Varsovia.

Estaba en plena adolescencia y por consecuencia en una etapa de rebeldía absoluta en la que tomaba sin permiso el auto de su padres para participar carreras ilegales cuando no tenía ni licencia de conducir; le hacía maldades a los policías, y hasta llegó a arrojarle una mesa a una maestra durante un examen.

A los 17 años, el joven Robert estuvo a punto de ponerle fin a su incipiente carrera, pues sufrió una lesión y el Legia lo dio de baja al considerar que no recuperaría su nivel.

A la par de la decepción deportiva perdió a su padre: “Fue un año duro. Mi padre se había ido y tuve que crecer muy rápido. No sabía qué hacer con mi vida. Entonces pensé: ‘No puedo rendirme y aceptarlo’. Decidí luchar”, declaró en su momento. 

Luego de su salida del Varsovia recaló en el Znicz Pruszkow, en donde se revaloró y en la temporada 2006-07 ayudó al ascenso a Primera División con sus 15 goles, y ya en el máximo circuito marcó 21.

Estas actuaciones no pasaron desapercibidas y de nuevo un equipo grande de Polonia, el Lech Poznan, se fijó en él. Este paso fue decisivo en su carrera, porque brillar en el club como máximo goleador y campeón de liga, fue su pasaporte al Borussia Dortmund que en aquel entonces dirigía Jürgen Klopp.

En la temporada 2009-10 llegó a la Bundesliga en una operación de 4.5 millones de euros, pero el inicio no fue el esperado. Klopp lo tenía considerado como el recambio de Lucas Barrios, pero le costó la adaptación y sobre todo hacer lo que mejor sabe: marcar goles.

La afición lo consideraba un ‘fallador de ocasiones’ y las críticas de la prensa fueron severas al grado de preguntar “¿por qué lo habían contratado?”.

Ya no era el niño flacucho, pero tampoco había desarrollado el físico que ahora se le conoce: “Me esperaba más juego, más goles, y que aguantara mejor el contacto. No está en su nivel”, llegó a declarar Klopp.

Fue entonces cuando Lewandowski se abrazó con mayor fuerza a la filosofía de su padre, de nombre Krzysztof, excampeón de judo y ex futbolista profesional que falleció a los 49 años de un infarto: “Haz ahora lo que puedas hacer después”.

Los dichos de Klopp, lejos de derrumbarlo lo fortalecieron y empezó a trabajar seis horas al día en el gimnasio para ganar masa muscular y enterrar de una vez por todas a aquel delantero ‘flacucho’ que imponía nulo respeto.

En su tesis de licenciatura de Educación Física y Deporte, Robert decidió contar su propio caso para graduarse por la Wyzsza de Varsovia, y también lo relató en su autobiografía llamada ‘Mi verdadera historia’.

El segundo año en el Dortmund fue totalmente distinto: se entendió de maravilla con Mario Götze y Marco Reus, y fue protagonista de un equipo que ganó la Bundesliga, y como cereza del pastel le marcó tres goles al Bayern Munich en la Final de la Copa de Alemania.

A partir de ese momento ya era el Robert Lewandowski que hoy todo el mundo conoce, pero su evolución no se detuvo. 

En la temporada 2014-15 llegó al Bayern Munich y este cambio un tanto polémico resultó vital, pues ahí se convirtió en el mejor delantero del mundo.

“Es lo más grande que he visto en un campo”, declaró Pep Guardiola, entonces técnico del equipo, luego de una semana en la que Robert marcó 10 goles entre la Bundesliga y Champions League.

Coleccionista de títulos y goles, el atacante de 1.85 metros y 78 kilos está casado con Anna Stachurska, una nutrióloga que fue medalla de bronce en el Mundial de karate en 2009. La pareja tiene dos hijas, Klara, de tres años, además de Laura, que nació en mayo pasado.

Robert Lewandowski, aquel niño escuálido del que se burlaban cumple hoy 32 años convertido en un ‘delantero perfecto’ que, además, en dos días jugará una nueva Final de Champions League.

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