Champaña tiene una cosecha amarga por la pandemia

Champaña
Foto: Shutterstock

Reuters.- Los empresarios vinícolas de la región francesa de Champaña están recogiendo esta semana una cosecha extraordinaria de uvas.

El único problema es que el desplome de la demanda de los vinos espumosos por la pandemia significa que parte de lo recogido irá a la basura. Esto deja un tono amargo para esta industria francesa durante la vendimia.

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“Elaboramos el vino de la felicidad y cuando la gente está triste, como ha ocurrido durante el encierro, las ventas de champaña tienden a caer”, dijo Vincent Leglantier, un cosechador de 34 años en Bethon, a unos 120 kilómetros al este de París, Francia.

En el colectivo vinícola Brun de Neuville, al que pertenece Leglantier, equipos de recolectores con gorras avanzan por las hileras de vides, recogiendo a mano las uvas. La mayoría son trabajadores inmigrantes del este de Europa que vienen cada temporada.

Sin embargo, este año es diferente. Las ventas han bajado con fuerza, ya que las bodas y fiestas -motores de la demanda del champaña- han sido canceladas en todo el mundo.

Límite a la producción de champaña

En respuesta, los productores franceses de champaña decidieron este mes poner un límite a la cantidad de uvas que envían para su procesamiento.

Tomaron la decisión porque un exceso del reconocido vino espumoso en las bodegas y en las estanterías de los mayoristas haría caer los precios. Esto mancharía el aura de lujo y exclusividad que la industria ha pasado años construyendo.

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No obstante, el tope -que limita en ocho mil kilos la cantidad de uvas que pueden ser recogidas por hectárea- implica que se deberá que dejar que se pudra la recolección sobrante.

“Podría decirse que es el mejor de los malos acuerdos que podríamos haber alcanzado”, dijo Damien Champy, jefe de la cooperativa Brun de Neuville, en la bodega donde maduran las botellas de champaña.

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