OPINIÓN. La culpa es de Messi

Messi, al final del partido ante el Bayern. (Foto: EFE).
• Las miserias del Barcelona no habían sido exhibidas de forma tan cruel hasta el 8-2 del Bayern Munich... Durante años, Messi ocultó la pobreza de un equipo que no tiene argumentos para competir en Europa.

Barcelona necesitaba un baño de realidad para que dejara de ocultar sus miserias a costillas de Messi.

A finales de 2017 le cuestionaron a Pep Guardiola si el Manchester City era uno de los favoritos para ganar la Champions League…

El catalán respondió con otra pregunta: “¿Dónde juega Leo Messi?… Ellos son los favoritos”.

En otras palabras, el Barça seguía siendo el Barça solo gracias a Messi, pues desde el ultimo año de Luis Enrique empezó la debacle del imperio construido por el propio Guardiola y extendido por el asturiano con aquellos cinco títulos en 2015 y la legendaria MSN.

A Ernesto Valverde se le recordará por ganar dos Ligas consecutivas tan pronto asumió las riendas del equipo, pero él es uno de los tantos culpables de que la filosofía culé fuera muriendo lentamente. 

El estilo, el cómo, las formas, priorizar el futbol elaborado, la tenencia del balón como camino hacia la victoria o darle oportunidad a los canteranos, nunca fueron temas de interés para Valverde. Bastaba con ganar y casi siempre era gracias a Messi.

Tras la marcha de Neymar al PSG, la dupla con Suárez se fortaleció y el equipo continuó con su dominio local hasta que llegó la primera alarma europea que no fue atendida. 

Roma fue el primer aviso. El 4-1 de la Ida en Cuartos de Final no resultó suficiente, y los azulgrana firmaron uno de esos papelones inolvidables en los últimos años tras caer 3-0 y ser eliminados.

Por si fuera poco, Valverde cometió la osadía de sacar a Andrés Iniesta del campo en los momentos clave del partido. Fue la despedida del genio y entonces capitán.

Un año después en las puertas de la Final y con una ventaja otra vez de tres goles tras una soberbia actuación de Messi, vino la deshonra en Anfield y entonces se pensó que el golpe no podía ser mayor. Bueno, ayer quedó demostrado que sí.

Barcelona dejó de jugar no solo ante el Bayern, la apuesta en los últimos años ha sido darle la pelota a Messi y encomendarse al Creador.

Esa es la realidad del club y hacía falta que alguien la exhibiera, con lo doloroso que resultó para su gente un 8-2 que jamás se olvidará. 

Esta imagen se hizo viral tras el 8-2.

Lo dijo Piqué: el equipo necesita cambios profundos en su estructura que van más allá de la salida de Quique Setién que, evidentemente se tiene que ir.

Se dejó de apostar por la cantera, la elección de los refuerzos ha sido errónea y ya ni hablar de los entrenadores… El último de ellos pasó de alimentar vacas en su pueblo a dirigir al mejor futbolista de la historia sin mérito alguno para ocupar ese sitio de privilegio. 

Messi es el gran responsable de que el Barcelona siguiera compitiendo en instancias decisivas de Champions League, cuando desde hace varios años no tiene equipo ni argumentos para hacerlo.

Está claro que ni él puede solo, mucho menos ante gigantes como el Bayern o Liverpool que fincan su fortaleza en el colectivo y no en un futbolista, más allá de sus rutilantes individualidades.

Es el final de una era por la vía más dolorosa que existe: el equipo no da para más. A Piqué, Alba, Busquets y Rakitic, que fueron pilares del club, ya no les alcanza para competir en el máximo escenario. 

La reconstrucción deberá ser titánica: sin dinero para apostar por refuerzos se tendría que apelar a la inteligencia de la directiva —la principal carencia de Bartomeu—, y no hay mejor y casi única opción que la llegada de Xavi.

De lo contrario y ya no luce tan descabellado, hasta el propio Messi puede dar un paso al costado. 

Autor: Daniel Montes de Oca

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