Decenas de manifestantes protestaron el jueves en el centro de Beirut en contra de las autoridades, a quienes culpan por la explosión que dejó al menos 157 muertos y más de 5 mil heridos, pero fueron dispersados con gases lacrimógenos por la policía.
Las fuerzas de seguridad, de acuerdo con la agencia de noticias estatal NNA, lesionaron a varios cuando intentaron dispersar a los manifestantes que, ubicados afuera del edificio del Parlamento del Líbano, exigían la renuncia del gobierno de Hassane Diab, quemaban distintos objetos y arrojaban piedras a los oficiales.
En las imágenes, puede verse un bloqueo implementado para mantener a los manifestantes lejos del edificio y cómo algunas personas tiraban botes de basura en medio de la calle, lanzaban proyectiles hacia los oficiales e intentaban ingresar al edificio del Parlamento.
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Los manifestantes ya habían protestado en las calles de Beirut más temprano, cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, acudió a la ciudad para inspeccionar los daños.
Los ciudadanos de Beirut descargaron su ira contra los líderes del Líbano durante la visita del presidente francés, gritando “revolución” alrededor de Macron.
El mandatario de Francia afirmó que pronto coordinarán la asistencia “logística” y anunció el envío de un avión “con un equipo de investigación”.
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De acuerdo con las primeras investigaciones, la explosión en el puerto de Beirut fue causado por años de inactividad y negligencia en el almacenamiento de nitrato de amonio, un material altamente explosivo.
Tanto el primer ministro como la Presidencia libanesa han dicho que más de 2 mil toneladas de nitrato de amonio, que es utilizado en fertilizantes y bombas, fueron almacenadas durante seis años en el puerto sin que hubiera medidas de seguridad.
