Jorge Campos: ‘Inmortal’, la historia del portero que vino del mar

Jorge, en la grabación de documental con Luis García y Carlos Guerrero.
• Este miércoles se estrenó el documental que relata los orígenes de Jorge Campos en Acapulco y cómo se forjó la historia de una leyenda conocida en todo el mundo.

Jorge Campos es un hombre de pocas palabras y de muchas sonrisas. Un personaje que revolucionó la forma de jugar la posición de portero en México; el mismo que se atrevió a diseñar sus uniformes con colores estridentes y se los presentó al mundo en Estados Unidos 1994.

Fue partidario de la modernidad cuando el mundo y el futbol caminaban a la par de la tradición. Se convirtió en el primer portero que usaba el ‘9’, y en el primer delantero en portar el ‘1’.

Cuando era niño disfrutaba montar los caballos de su abuelo ‘Cunco’ en la playa, el surf, y por supuesto, el futbol.

“Me llamaban el ‘surfer’, ‘El Acapulco’. Ya sabes, mi costumbre de siempre andar en huaraches, bermudas y cosas así. Es algo que viví. Siempre los surfers son diferentes. Somos muy solitarios. Las olas y el mar son otro mundo”, contó Jorge en una entrevista.

Jugaba en el equipo de su papá, Álvaro Campos (q.e.p.d), conocido cariñosamente como ‘Ñoño’, y debido a que era el más pequeño (de edad y estatura) lo ponían de portero, pues creían que así los balones no lo golpearían.

Era hiperactivo, y aunque causaba enojo en la banca que comandaba su progenitor, solía lanzarse al ataque como delantero. Sin saberlo, así empezó a forjar su leyenda. 

Su talento, originalidad y sencillez lo convirtieron en un ídolo que traspasó fronteras, pues su fama incluso llegó a Japón y fue inspiración para el personaje del portero Ricardo Espadas, en la serie de los ‘Súper Campeones’.

Fue convocado 11 años ininterrumpidos a la Selección Mexicana de Futbol, titular en los Mundiales de Estados Unidos 94 y Francia 98; ganó la Copa Confederaciones de 1999, entre muchos otros logros; sin embargo, no son los números los que definen el legado del también apodado ‘Inmortal’.

Jorge fue un revolucionario, un adelantado a su tiempo, un personaje lleno de color y alegría que contagió a muchos.

EL DOCUMENTAL

Por todo lo descrito anteriormente, la historia de Jorge tenía que ser contada, y este miércoles TV Azteca estrenó ‘Inmortal’, un documental en el que se retrata el origen del ‘Brody’, filmado en su amado Acapulco, entre su gente, familia, amigos; su hábitat, el mar, los caballos, los gallos…

A continuación, Luis García, excompañero de Campos en los Pumas y la Selección Mexicana, y hoy comparsa en las transmisiones de televisión, relata lo que significó grabar con Jorge este documental.

“Siempre he tenido una relación con Jorge, lo conocí hace muchísimos años y hoy la vida me ha permitido estar otra vez con él.

“Ir con él al Plan de Los Amantes, verlo en su escuela, con sus caballos, con sus gallos, con sus hermanos, en su entorno, me pareció fantástico…

“Hubo un momento que me pareció el más importante: de pronto le dan una cámara GoPro y se mete al mar vestido con short y camisa, se mete en las olas, se avienta y empieza a grabar, entonces uno pensaba que eso iba a durar tres o cuatro minutos y acabaron siendo 15 o 20… 

Jorge, con Luis y el ‘Warrior’

“Lo veías libre, en su origen, conectando con su ser y ahí entendí a este ángel, porque me parece que es un ángel con unas alas blancas enormes, que necesita al Plan de los Amates, necesita Acapulco, necesita Guerrero para… No es que ponga los pies en la tierra porque los tiene muy bien puestos, si no el regreso a casa, el regreso a su origen, los olores, el mar, los sonidos, su mamá a la que saludamos, unos tamales de elote que hace maravillosos, entonces todo este tipo de situaciones las cuales vivió…

“Habla de su papá Ñoño, de su abuelo Cunco, recordando el Plan de Los Amates, de los ejidatarios, toda esa parte de origen no solo de Jorge si no de su familia, la vi reflejada puntualmente cuando lo vi meterse al mar durante 15 o 20 minutos totalmente libre, desconectado y ahí entendí que el Plan de Los Amates le hace muy bien”.

Autor | Daniel Montes de Oca

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