El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, afirmó el martes que no dudaría en enviar a sus propios hijos de regreso a la escuela, aún cuando varios estados del país continúan acumulando casos de coronavirus.
Pence, quien es padre de tres adultos, dijo durante una rueda de prensa en Carolina del Sur que si sus hijos fueran más jóvenes, el querría que estuvieran de vuelta en las aulas después del verano.
“Yo soy su vicepresidente, pero el título más importante que jamás tendré es el de padre. Les puedo decir, con mi esposa aquí presente, que si nuestros hijos estuvieran en la primaria, la preparatoria o la universidad, no dudaríamos en enviarlos de regreso a la escuela”, declaró el vicepresidente.
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Pence argumentó que el riesgo de contagio es bajo y advirtió de las consecuencias económicas que podría tener el no reabrir escuelas, apoyando la postura del presidente Donald Trump, quien insiste en que los estudiantes en Estados Unidos acudan a clases presenciales este otoño.
“Nosotros creemos que es absolutamente esencial para nuestros estudiantes, para las familias trabajadoras y para nuestros esfuerzos para reabrir Estados Unidos nuevamente abrir las escuelas”, dijo en la conferencia.
“Todos los principales asesores médicos del grupo de trabajo de la Casa Blanca respecto al coronavirus han observado desde el inicio que el riesgo que el virus representa para los jóvenes es muy bajo”, agregó.
Los comentarios del vicepresidente llegaron tras una mesa redonda en la que él, la secretaria de Eduacación de Estados Unidos, Betsy DeVos, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, y líderes escolares, además de padres de alumnos.
