AP.- Jasmin Pierre tenía 18 años cuando intentó suicidarse al tomar una sobredosis de pastillas que encontró. Diagnosticada con depresión y ansiedad, sobrevivió a dos intentos más de suicidio, que sintió como la única forma de detener su dolor.
Los años de terapia trajeron progreso, pero el viaje de la mujer afroamericana de 31 años ahora se complica por una combinación de factores estresantes que golpean simultáneamente: aislamiento durante la pandemia, escasez de proveedores de atención de salud mental y el trauma racial por los repetidos asesinatos policiales a personas afroamericanas.
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“Las personas afroamericanas con problemas de salud mental estamos aún más alteradas”, dijo Pierre, quien vive en Nueva Orleans. “No creo que mis problemas de salud mental hayan sido tan malos antes”.
Los expertos en salud advirtieron sobre una inminente crisis de salud mental relacionada con el brote de Covid-19, y el gobierno de Estados Unidos lanzó una amplia campaña contra el suicidio, pero los médicos e investigadores dicen que los problemas repercuten más profundamente entre las personas afroamericanas, entre las que han visto un aumento en intentos de suicidio juvenil y quienes sufrieron desproporcionadamente durante la pandemia.
Los defensores de la salud mental piden una atención federal más especializada sobre los suicidios de afroamericanos, incluida la financiación de la investigación. Los consejeros que se centran en el trauma de las personas afroamericanas ofrecen ayuda gratuita. Y las iglesias están encontrando nuevas formas de abordar el suicidio, ya que el distanciamiento social ha erosionado la forma en que las personas se conectan.
“Ha habido muchos dolores y pérdidas complejos relacionados con la muerte, relacionados con la pérdida de empleos y la pérdida de ingresos”, dijo Sean Joe, experto en suicidios de afroamericanos en la Universidad de Washington en St. Louis. “En este momento hay mucho dolor en Estados Unidos, y solo se profundiza con los meses”.
Los suicidios en general han aumentado. Aproximadamente 48 mil personas en Estados Unidos murieron por suicidio en 2018, y la tasa aumentó un 35% desde 1999, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El suicidio es la décima causa principal de muerte entre todas las edades. Para las edades de 10 a 19 años, es el segundo después de los accidentes.
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Las tasas de suicidios e intentos de suicidio para adultos afroamericanos han seguido a los adultos blancos e indígenas. Pero una investigación más reciente muestra un aumento alarmante en los jóvenes afroamericanos que intentan quitarse la vida.
Los intentos de suicidio aumentaron un 73% entre 1991 y 2017 entre los estudiantes afroamericanos de secundaria, mientras que los pensamientos suicidas y los planes de suicidio disminuyeron para todos los adolescentes, según un estudio publicado en noviembre en la revista Pediatrics.
Los expertos dicen que las razones son una combinación compleja que requiere más estudio.
Los factores de riesgo de suicidio incluyen un diagnóstico como depresión, trauma o tener un padre que se suicidó. Muchos factores se amplifican para las familias afroamericanas, que a menudo enfrentan tasas de pobreza más altas, exposición desproporcionada a la violencia y menos acceso a la atención médica.
La pandemia ha aumentado las disparidades.
Los afroamericanos están muriendo a causa del Covid-19 a tasas más altas, a esto se agrega un ajuste de cuentas nacional con el racismo después del asesinato de George Floyd.
