Una organización internacional de ayuda durante desastres reportó este martes el primer caso confirmado de coronavirus entre los solicitantes de asilo que viven en un campamento, en la frontera entre México y Estados Unidos.
Global Response Management (GRM) informó que una persona que vive en el campamento ubicado en Matamoros, en el estado de Tamaulipas, dio positivo en la prueba.
Del otro lado de la frontera está la ciudad de Brownsville, en Texas.
La organización, por medio de un tuit, dijo que ya se han implementado “medidas agresivas de aislamiento y rastreo”.
El desafío de prevenir contagios
Hay alrededor de dos mil solicitantes de asilo viviendo en campamentos a lo largo de la frontera. Migrantes han tenido que permanecer ahí durante meses debido a la pausa en las audiencias en Estados Unidos a causa de la pandemia.
La semana pasada, Andrea Leiner, portavoz de GRM, dijo que habían implementado medidas para tratar de reducir el riesgo de propagación del virus.
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Pero admitió que era un desafío debido a que varios funcionarios de inmigración estadounidenses y mexicanos, al igual que muchos de los residentes de ambos lados de la frontera, lo han contraído recientemente.
La organización colocó tiendas de campaña a un metro de distancia, dejándolas abiertas para que haya ventilación, e hizo que todos duerman cabeza con pies para reducir las probabilidades de transmisión mientras la gente duerme.
Los migrantes empezaron a acumularse en ciudades fronterizas como Matamoros debido a una política estadounidense que les permite hacer su petición inicial para recibir asilo en Estados Unidos, pero tienen que esperar su largo proceso de resolución en México.
Más de 60 mil solicitantes de asilo han sido enviados de regreso a México para que esperen sus audiencias en los tribunales estadounidenses desde enero de 2019, cuando Estados Unidos implementó su política de “Protocolos de Protección al Migrante”.
