Thomas Edwin Blanton Jr., el último de los tres hombres del Ku Klux Klan que fueron condenados por un atentado en una iglesia en Alabama en 1963, que mató a cuatro niñas afroamericanas, murió este viernes en prisión, dijeron las autoridades. Tenía 81 años.
El atentado de 1963 fue considerado el ataque individual más mortal del movimiento de derechos civiles.
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La oficina de la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, dijo que Blanton murió por causas naturales. Estaba detenido en la prisión de Donaldson, cerca de Birmingham, dijeron funcionarios de la prisión.
En mayo de 2001, Blanton fue declarado culpable de asesinato y condenado a cadena perpetua por el bombardeo de la Iglesia Bautista de la calle 16 en Birmingham. Ivey, en un comunicado, calificó el atentado como “un día oscuro que nunca será olvidado tanto en la historia de Alabama como en la de nuestra nación”.
Cuando el juez le preguntó durante la sentencia si tenía algún comentario, Blanton dijo: “Creo que el buen Señor lo resolverá el día del juicio”.
El senador Doug Jones, que procesó a Blanton, dijo que el hecho de que Blanton permaneció en libertad durante casi 40 años después del bombardeo “habla de una amplia falla sistémica para responsabilizarlo a él y a sus cómplices”.
“Parece que es apropiado que muriera en este momento, cuando el país está tratando de conciliar el fracaso multigeneracional para acabar con el racismo sistémico”, dijo Jones en un comunicado.
El bombardeo de la iglesia, que expuso las profundidades del odio de los supremacistas blancos mientras Birmingham integraba sus escuelas públicas, fue un punto de inflexión del movimiento de derechos civiles. Los moderados ya no podían permanecer en silencio y la lucha para derrocar las leyes de segregación ganó un nuevo impulso.
La investigación sobre el bombardeo se detuvo pronto y quedó inactiva durante largos períodos, pero otros dos exmiembros del Ku Klux Klan, Robert Chambliss y Bobby Frank Cherry, también fueron condenados por el atentado en juicios separados.
Chambliss fue condenado en 1977 y murió en prisión en 1985, y Cherry fue condenado en 2002 y murió en prisión en 2004.
El 15 de septiembre de 1963, una bomba atravesó una pared de la iglesia, lo que mató a cuatro niñas que estaban dentro preparándose para un programa juvenil. Los cuerpos de Denise, de 11 años, y Addie, Cynthia y Carole, de 14, fueron encontrados en el salón de la planta baja.
La hermana de Addie, Sarah, sobrevivió a la explosión pero perdió su ojo derecho y es conocida como “la quinta niña”. Fragmentos de vidrio permanecieron en su pecho, ojo izquierdo y abdomen durante décadas después de la explosión.
Blanton nunca admitió ningún papel en la explosión, pero la evidencia mostró que él era parte de un grupo de miembros que hicieron y arrojaron la bomba.
Con información de AP
