Un miembro de la pandilla de cárceles, La Mafia Mexicana (La Eme), fue condenado este lunes a más de 17 años de prisión por ordenar asesinatos y asaltos dentro de las cárceles del condado de Orange, al sureste de Los Ángeles, informó la fiscalía.
Ramón Álvarez, de 45 años, fue sentenciado a 210 meses en una prisión federal luego de declararse culpable por cargos de corrupción en junio 2017, según la ley federal de Organizaciones Corruptas e Influidas por la Extorsión (RICO).
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En su declaración, el pandillero latino reconoció que entre octubre de 2008 y septiembre de 2013, mientras estaba en la cárcel, colaboró con La Eme, lo que le dio el poder de castigar e incluso ordenar la muerte de otros presos que no cumplían las órdenes del grupo delictivo.
Entre otros crímenes, Álvarez ordenó el asesinato de un preso en diciembre 2011 y el ataque a otro que era testigo contra pandilleros en 2012, según detalló en comunicación enviada a Efe, Ciaran McEvoy, portavoz de la Fiscalía del Distrito Central de California.
La facción de La Eme que operaba en las cárceles de Orange, estaba dirigida por Pedro Ojeda, miembro de La Mafia Mexicana y quien controló durante más de 30 años las pandillas latinas de las ciudades del condado.
“Big Homie” Ojeda fue declarado culpable de corrupción en 2016 y sentenciado a 15 años en una prisión federal, donde murió en 2018 a la edad de 76 años.
En su trabajo de “mantener la disciplina” dentro de las cárceles en favor de La Eme, Álvarez fue clave para la ejecución de las órdenes de Ojeda y el castigo a aquellos presos que no colaboraban, aseguró la Fiscalía.
El pandillero latino es uno de los 25 acusados de extorsión y corrupción según RICO como resultado de la operación “Smokin’ Aces”, un trabajo conjunto de numerosas agencias de la ley que dio como resultado la condena de 76 acusados de casos federales.
La Eme, formada en 1957 por 13 pandilleros latinos en un centro de detención juvenil en Tracy, California, opera a través del sistema de prisiones californiano, en varias prisiones federales y en las calles de Estados Unidos y México, según el Departamento de Correccionales y Rehabilitación.
Con información de EFE
