El presidente Donald Trump retomó su campaña para buscar la reelección con un acto multitudinario con sus simpatizantes de Tulsa, Oklahoma.
Trump subió al escenario del Centro BOK e inmediatamente se refirió a la pandemia de Covid-19 y a las protestas que se desataron en Estados Unidos en las últimas semanas, en contra el racismo y el abuso policiaco contra los afroamericanos.
Tulsa, la sede de su primer evento público durante la crisis sanitaria, es el foco más sangriento de episodios de violencia racista en el país hace 100 años.
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Al hablar del coronavirus, el magnate se refirió al virus con un término racista al afirmar: “Es una enfermedad, sin lugar a dudas, con más nombres que cualquier otra en la historia. Puedo nombrar kung flu, puedo nombrar 19 versiones de su nombre”.
Además, pidió ralentizar las pruebas de Covid-19, ya que de esta forma incrementan las cifras de casos de contagio.
A la entrada de la arena se tomó la temperatura de las personas. Sin embargo, al interior, los partidarios del mandatario estadounidense se acercaron al escenario, sin acatar las medidas de distanciamiento físico.
El acto podría ser uno de los mayores eventos bajo techo en el país desde que las congregaciones grandes fueron suspendidas en marzo debido a la pandemia. Con el mitin, Trump busca revertir un descenso de apoyo en Tulsa, su capital político.
Mitin en Tulsa no alcanza las expectativas de Trump
Aunque el Centro BOK tiene una capacidad para 19 mil personas, en la arena se observó una gran cantidad de asientos vacíos, especialmente la parte superior.
El mandatario estadounidense culpó a los medios de comunicación y a los manifestantes por la falta de audiencia en su primer mitin. Afirmó que estos grupos ahuyentaron a sus simpatizantes y algunos habían bloqueado el paso en los filtros de la entrada. Sin embargo, no se presentaron pruebas de estos hechos.
Donald Trump llamó “guerreros” a todos los que asistieron al evento y agradeció su presencia, pese a las supuestas fake news (noticias falsas) de las últimas semanas.
