Para un jugador de basquetbol la NBA debe ser la mejor experiencia que pueda tener en su trayectoria. Robert Swift logró el sueño de muchos al jugar cinco temporadas en la Asociación hasta que un par de graves lesiones frenaron su carrera por más de dos años y entonces su vida cambió radicalmente.
Trabajar como matón de un narcotraficante, consumir heroína y llegar a la cárcel fueron algunos de sus momentos más bajos…
Swift fue elegido con el pick 12 del draft de 2004 por los ya desaparecidos Seattle SuperSonics, ahora Oklahoma City Thunder. El pívot estaba llamado a ser un buen jugador, pues pese a sus 2.13 metros de altura tenía gran movilidad.
Desafortunadamente tras cinco temporadas con los SuperSonics (la última ya como Thunder) el estadounidense no terminó de dar el salto. Jugó sólo 97 partidos en los que promedió 4.3 puntos y 3.9 rebotes, pero dos lesiones de rodilla comenzaron a cambiar su vida.
Debido a la primera lesión se perdió toda la temporada 2006-2007 y la mayoría de la siguiente. Para la 2009-2010, sin haber debutado aún, fue cortado por el Thunder y entonces llegó su caída.
Con mucho dinero y sin ocupación, se hizo adicto a la heroína, metanfetaminas y marihuana. De pronto sin darse cuenta estaba trabajando como matón de un narcotraficante en el condado de King, Seattle. En 2014 fue detenido bajo los cargos de posesión ilegal de armas, entre ellas un lanzagranadas y meses después, condenado a prisión al ser detenido por asaltar una vivienda con un arma de fuego.
Cuando parecía que el resto de su vida estaría ligada a las drogas, la vida le dio otra oportunidad y estando en la cárcel su hermano Alex lo ayudó a rehabilitarse. Robert trabajó duro por más de dos años para salir adelante y regresar al basquetbol.
España fue el lugar donde el pívot reinició su carrera y el Círculo Gijón Baloncesto de la Primera División Nacional de Asturias le dio la oportunidad de volver a ser feliz y tener una vida común.
RUBÉN LLANES Jefe de prensa del Circulo Gijon Baloncesto
“Swift es muy cálido con sus compañeros y con los gijoneses. Simpático, cercano y súper educado con todos”.
Su debut con el Circulo Gijón en la temporada 2018-19 no pudo ser mejor. Tuvo un cálido recibimiento en el Pabellón Municipal de L’Arena, en donde cifró un doble-doble de 16 puntos y 14 tablas en 23 minutos de juego para la victoria de su quinteta 82-62 al Universidad de Oviedo.
