El alcalde de Philadelphia, Jim Kenney, inició recientemente un informe sobre la pandemia del coronavirus en la ciudad con un pedido inusual a los vecinos: cuidado con lo que echan al inodoro. La cantidad de cubrebocas deshechables utilizados para evitar los contagios del Covid saturaron los desagües.
Entre mediados de marzo, cuando se emitió la orden de cuarentena, y fines de abril, la mayoría de las 19 estaciones de bombeo de las alcantarillas habían sufrido atascos con cubrebocas, guantes, toallitas y otros elementos deshechables arrojados al inodoro, dijo Kenney.
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Funcionarios de otras ciudades y municipios rurales, así como la Agencia de Protección Ambiental, ya emitieron peticiones similares. Mientras tanto, las plantas procesadoras de aguas de desecho reportan un fuerte aumento de cañerías atascadas y equipos dañados.
No es un problema nuevo, pero 15 ciudades dijeron que los atascos se han vuelto más frecuentes y costosos durante la pandemia. Las personas que deben permanecer en casa buscan alternativas al papel higiénico debido a la escasez ocasional.
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“Cuando la gente corría a comprar papel higiénico y no lo conseguía… usaban lo que podían”, dijo Pamela Mooring, vocera de DC Water, la empresa de alcantarillado de la capital.
Con información de AP
