Agentes del Servicio Secreto llevaron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a un búnker de la Casa Blanca el viernes por la noche cuando cientos de manifestantes se reunieron fuera de la mansión ejecutiva.
Durante las protestas, algunas personas arrojaron piedras y tiraron las barricadas de la policía.
Trump pasó casi una hora en el búnker, que fue diseñado para emergencias como ataques terroristas, según un republicano cercano a la Casa Blanca que no estaba autorizado para discutir asuntos privados públicamente.
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Los hechos fueron confirmados por un funcionario de la administración que también habló bajo condición de anonimato.
La abrupta decisión de los agentes demostró el nerviosismo dentro de la Casa Blanca frente a las protestas. Los cantos de los manifestantes en el Parque Lafayette se escucharon durante todo el fin de semana.
Los agentes de Servicio Secreto luchan por contener a la multitud desde ese día.
Esta noche, cientos de manifestantes se congregan también en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca. La policía, con equipo antidisturbios, se mantiene tras las vallas localizadas frente a la verja del jardín, sin que se registren incidentes.
Las protestas del viernes se desataron por la muerte de George Floyd, un afroamericano que falleció luego de que un policía lo inmovilizara asfixiándolo con su rodilla.
Las manifestaciones en Washington se volvieron violentas. Los oficiales lanzaron una de las alertas más altas en el complejo de la Casa Blanca desde los ataques del 11 de septiembre de 2001.
“La Casa Blanca no hace comentarios sobre protocolos y decisiones de seguridad”, dijo el portavoz de la Judd Deere.
El Servicio Secreto dijo que no discute los medios y métodos de sus operaciones de protección. El diario The New York Times fue el primero en informar sobre el traslado del presidente al búnker.
Con información de AP
