Andrea Pirlo: El ‘arquitecto’ del futbol

Andrea Pirlo, con la selección italiana. (Foto: Shutterstock).
• El legendario futbolista italiano que era un verdadero artista en la cancha, cumple 41 años este 19 de mayo, y por ello lo recordamos en esta ‘Nostalgia Futbolera’.

Su futbol tenía misterio. Era capaz de detener el tiempo y pensar en medio del estrépito. Poseía una fantástica serenidad que lo convertía en clarividente y así se adueñaba del espacio; así se adueñaba del juego.

El tipo de la melena rebelde y mirada cansina transitaba por los campos decidiendo el cómo, cuándo y dónde. Su estampa esmirriada escondía al crack que tenía como trabajo inventar. La sabiduría fue su mejor escudo para encontrar la puerta correcta.

La lentitud de sus movimientos otorgaba la bendición de apreciar a detalle y con asombro cada lienzo que trazaba; era un artista con pincel en mano, listo para crear, y sus compañeros eran los más agradecidos con su obra.

Nació en Flero, un pueblo cercano a Brescia, en donde creció con la ilusión de ser un hombre orquesta como Roberto Baggio, o un pensador como Pep Guardiola; ambos, sus ídolos de la infancia.

Tuvo un temprano debut a los 16 años, con la herencia del número ‘10’ que portó el ‘Divino’, y tintes de talento que lo llevaron a ser un regular media punta, hasta que Carlo Mazzone, el técnico que lo marcó, lo convenció de jugar como centrocampista. Ahí empezó la historia.

“He tenido que aprender a correr porque antes casi no lo hacía, estaba allí esperando a que llegaran los balones para buscar el golpe de genio. Ahora corro, tengo que chocar con el rival, es otra forma de jugar”, declaró en su momento ‘Campanellino’ (Campanita), como lo apodan desde la infancia.

Atesora pasajes en los tres grandes de Italia: Inter, Milan y Juventus. Con los rossoneros conoció la gloria y dejó un legado de 10 años en un club que hoy llora su ausencia.

Aunque tienen en común el virtuosismo, Pirlo es distinto a Totti, Del Piero o al propio Baggio. Era un ‘arquitecto’ que pretendía el anonimato, pero su magia siempre lo delató. “Es un líder que habla con los pies”, dijo Marcello Lippi, su técnico en el Mundial de Alemania 2006 cuando fueron Campeones del Mundo.

Es amante de los gatos; se identifica con su carácter tranquilo, con la astucia para conducirse y con la sangre fría al ejecutar.

El penalti a lo ‘Panenka’ que regaló ante los ingleses en la Eurocopa de 2012, es el retrato perfecto de su infinita serenidad, incluso en el momento más dramático, pues Italia estaba abajo en la tanda: con una caricia, el balón viajó a su ritmo, lento, para ingresar con suavidad a la portería y a la inmortalidad.

Fue un trazo de Da Vinci; la mejor escultura de este artista del balón.

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