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Instalan hospital móvil para atender a migrantes con Covid-19 varados en Matamoros

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Foto: Reuters

Un hospital móvil se ha levantado estos días como bote salvavidas y símbolo de solidaridad para los cerca de 2 mil migrantes que permanecen varados en la ciudad de Matamoros, México, en la frontera con Estados Unidos.

Este mayo, la organización internacional Global Response Management (GRM) habilitó un hospital móvil para atender a los migrantes con síntomas de Covid-19 en esta localidad mexicana, donde se estima que entre mil 500 y 2 mil personas están a la espera de ser atendidos por las autoridades migratorias de Estados Unidos.

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La unidad, que al momento tiene unas 20 plazas, se encuentra a unos metros del campamento con familias de Centroamérica, México y otras nacionalidades devueltas a través del programa Remain in México (Permanecer en México).

Este programa fue impuesto hace más de un año por el gobierno de Estados Unidos y consiste en que las personas esperen en varias ciudades fronterizas mexicanas la resolución de su solicitud de asilo.

Además, la presión incrementó en la frontera desde finales de marzo, cuando Donald Trump ordenó negar la entrada al país a todos los solicitantes de asilo debido a la pandemia de Covid-19. Esta acumula 35 mil 22 casos en México y 3 mil 465 fallecidos. En Estados Unidos, epicentro mundial de la pandemia, más de 1 millón 300 mil personas se han contagiado y alrededor de 78 mil han muerto.

Un peligro elevado para los migrantes

El riesgo para la población migrante es alto porque están aislados a pocos metros del río Bravo y viven en escasas condiciones de salubridad.

Matamoros es la ciudad con más contagios de Covid-19 en el estado de Tamaulipas y suma al momento, según el recuento oficial, más de 180 casos y 12 fallecidos. La vecina ciudad de Brownsville, Texas, registra unos 170 contagiados y un deceso.

“Sí, nos da miedo. El problema no es aquí en el campamento. Aquí no hay, pero que venga alguien de allá (Brownsville) o de acá (Matamoros)” y nos contagie, dijo este lunes a EFE el hondureño Marvin Zelaya, quien se dedica a desinfectar espacios concurridos por las personas del campamento.

En tanto, Joanna Mackenzie, encargada de entrenamiento de personal y manejo de recursos en GRM, informó a EFE que en el hospital se cuenta con los insumos y recursos humanos, médicos y enfermeros para atender a contagiados de Covid-19.

La zona se ha delimitado para evitar que los posibles pacientes se relacionen con el resto de la comunidad y el migrante que resulte infectado será aislado y estará bajo observación.

De presentar síntomas más graves, será internado en la unidad que se construyó con la propia ayuda de estos solicitantes de asilo.

“(El hospital) está bien. Y la verdad entre tanta gente es importante tenerlo. De repente si alguien se enferma, está bien el hospital para una emergencia”, declaró a EFE la guatemalteca Emilia Valle.

Foto: Reuters

Prevención y preparación

El acceso al hospital es restringido y sólo pueden ingresar integrantes de la ONG o personal autorizado.

En el interior se han colocado camas y ventiladores, mientras que afuera se encuentran los equipos de protección para los profesionales de la salud y baños destinados a los usuarios del centro médico.

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Al momento se han aplicado unas 100 pruebas de Covid-19 y todas han sido negativas. Pero el riesgo es latente por las circunstancias que rodean al campamento, creado a raíz del retorno obligado de las familias.

“Estamos tratando de prevenir lo más que se pueda. Pero hay gente que dice que (el coronavirus) es inventado”, expresó Marvin Zelaya.

Un apoyo que da tranquilidad

Hace unas semanas el campamento fue cercado por el Instituto Nacional de Migración (INM) y por autoridades municipales.

Hoy, trabajadores de la Secretaría de Salud de Matamoros vigilan los accesos, toman la temperatura corporal y dan gel antibacterial y cubrebocas.

La labor municipal ha aligerado un poco la difícil situación de los migrantes, pues en su mayoría estos habían sido atendidos por organismos civiles locales e internacionales como Cruz Roja o Médicos Sin Fronteras.

“(Este apoyo) nos dio un poco de aliciente a nosotros, que hemos estado desde el principio con esta migración. Temíamos que quedaran un poco marginados, aislados, porque las autoridades de salud no dan abasto”, declaró a EFE la presidenta de la organización Ayudándoles a Triunfar, Gladys Edith Cañas.

La crisis sanitaria profundiza la frágil situación de los migrantes, quienes al menos deberán aguantar hasta junio para ser atendidos por una corte estadounidense que determine si tienen un futuro, o no, en Estados Unidos, explicó la activista.

Foto: Reuters

Con información de EFE

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