Por Tania Aguayo
A la familia de Francisco Flores el coronavirus le pegó con saña. En menos de un mes han muerto uno de sus hermanos, su cuñado y los esposos de tres de sus primas. Todos originarios de Puebla y residentes en Nueva York. La preocupación sigue porque dos hermanos de su esposa Lidia Herrera, están en el hospital.
La pesadilla comenzó a mediados de marzo cuando Francisco enfermó. Pasó 12 días con fiebre muy alta y otras molestias, pero no le hicieron la prueba de Covid-19 por considerar que no tenía todos los síntomas. Con el paso de los días, sus hermanos Alberto, Gilberto y Crescencio también enfermaron pero a ellos sí les hicieron la prueba y dieron positivo. “No sabemos dónde nos contagiamos porque cada quien vive en su casa y lejos, no vivimos hacinados”.
También lee: Barbosa culpa a poblanos de tomar la pandemia a la ligera
Crescencio espera el regreso a casa
Francisco comentó a Latinus que en los primeros días de abril, Crescencio no podía respirar y lo tuvieron que hospitalizar. En dos semanas el coronavirus le provocó complicaciones en los pulmones, riñones y el corazón. Sufrió un infarto y tuvieron que resucitarlo.
Quizá por estar contagiados, los doctores permitieron que los tres hermanos se despidieran de Crescencio.
“Casi pensamos que nos estaba esperando porque cuando entramos al cuarto, la máquina que marca las pulsaciones del corazón empezó a apagarse”.
Desde el 18 de abril, los hermanos Flores buscan la manera de trasladar el cuerpo de Crescencio a Huehuepiaxtla, su pueblo natal, donde lo esperan sus padres de 85 y 87 años.
Por sus tradiciones quieren darle cristiana sepultura, pero no han podido por el cierre de fronteras y la restricción de vuelos.
El Consulado de México en Nueva York recomienda la cremación por ser más económica y porque el traslado es más sencillo. Ellos se oponen.
“Nosotros no pedimos que nos ayuden económicamente, lo único que pedimos es que nos den las facilidades de transportar a nuestros seres queridos. Evo Morales, fueron por él, gastaron dinero y hubo voluntad de hacerlo.
Si ahora cientos de poblanos estamos en esta situación, creo que para el gobierno mexicano no sería nada difícil ayudarnos con un vuelo humanitario o hacer gestiones logísticas con una línea aérea que nos apoye con el traslado”.
Más víctimas
Tras la muerte de Crescencio, tres hermanos de Lidia Herrera, la esposa de Francisco, también enfermaron. Uno de ellos logró superar el coronavirus, pero ahora está en rehabilitación por los daños que tiene en la garganta debido a la intubación.
El segundo lleva dos semanas hospitalizado, en estado grave. El tercero, Miguel Herrera, murió el lunes 4 de mayo por la noche.
Su familia pasó este martes haciendo los tramites para llevar a Miguel a la misma funeraria en la que está Crescencio desde hace tres semanas. Pero el proceso podría tardar. Los encargados del lugar comentaron que están saturados. La funeraria tiene cupo para 40 cuerpos pero ahora hay unos 400 en contenedores de refrigeración y esperan recoger 100 más de los hospitales.
Entre las víctimas del Covid-19, también están los esposos de tres primas de Francisco, que también tienen familia en Huehuepiaxtla, Puebla.
“Es un pueblo pequeño que no tiene más de 100 habitantes y diario les llega la noticia de que alguien muere. Ya han muerto como 10 personas”, comentó Francisco.
