Gripe española: así se vivió una pandemia hace un siglo

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Foto: Shutterstock

La gripe española, también conocida como “La dama española”, ha sido una de las peores pandemias que han azotado al mundo. Hace un poco más de 100 años atrás, esta gripe mató a unos 40 millones de personas, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al menos en Estados Unidos se calcula que murieron unas 675 mil personas por la gripe española, es decir, más muertes que en la Primera Guerra Mundial, la Segunda, la guerra de Corea y la guerra de Vietnam juntas.

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Las farmacéuticas entonces trabajaban sin descanso para encontrar una vacuna. Sin éxito, pues el virus desapareció antes de que lograran aislarlo.

Si bien no se sabe con exactitud dónde surgió esta pandemia, muchos investigadores apuntan a Estados Unidos, ya que uno de los primeros casos de este virus se registró en dicho país, el 11 de marzo de 1918 en una base militar en Kansas, de acuerdo con el libro America’s Forgotten Pandemic: The Influenza of 1918, de Alfred Crosby.

El virus se esparció con tanta fuerza que en apenas una semana más de 500 hombres habían ingresado al hospital contagiados con la misma enfermedad. Poco después, estados como Virginia, Carolina del Sur, Georgia, California, Alabama y Florida ya tenían brotes similares.

El virus parecía no atacar a civiles, sino solo a militares. Se cree que la falta de higiene y el hacinamiento en el que vivían pudo haber sido la cuna de cultivo del virus.

Médicos llevaban cubrebocas para evitar la gripe en el hospital del ejército estadounidense, durante la pandemia de gripe española de 1918. / Foto: Shutterstock

Entonces ¿por qué el nombre de “gripe española”?

Dos meses después de que se registrara el primer caso en Estados Unidos, la enfermedad comenzó a cesar en el país. Fue entonces cuando un grupo de soldados viajó hacia Europa y llevó el virus a Francia, ahí se desató y atacó a tropas aliadas.

“Fiebre de tres días”, “muerte púrpura, “fiebre de las moscas de arena”, “bronquitis purulenta”, “fiebre de Flandes”… en cada país tenía un nombre diferente, pero atacaba a todos por igual. Estadounidenses, italianos, franceses, alemanes, ninguno se salvó.

Debido a la guerra, los países censuraban la información sobre la pandemia, solo España mostraba los números de los millones de su habitantes que morían por esta enfermedad. Fue entonces y por eso por lo que se conoció en el mundo como “gripe española”.

Desde Europa, en poco tiempo la gripe española se convirtió en pandemia. Para el verano de 1918, países como China, Noruega e India ya reportaban casos de esta enfermedad. Poco bastó para que llegara al otro lado del mundo, arrasando en Hawai, el Caribe, Puerto Rico y México, para finalmente regresar a Estados Unidos en invierno con una segunda y tercera ola de contagios.

Diciembre de 1918. Los soldados se dirigían a Francia durante la pandemia de gripe española. / Foto: Shutterstock

Las funerarias se desbordaban, los espacios públicos cerraron, la policía detenía a todo sospechoso de estar enfermo, las familias no tenían comida en sus mesas y el personal médico no alcanzaba.

Contrario a lo que se creería, la gripe española atacó principalmente a los adultos sanos y fuertes.

Asfixias lentas, manchas en los pómulos que se tornaban de caoba a negro azulado y pies negros, eran los indicadores de que la persona estaba por morir. Entonces las enfermeras los apartaban, ya no había nada que hacer por ellos.

Las autopsias a los muertos por este virus revelaban pulmones rojos, endurecidos y llenos de líquido.

Una gran cantidad de autores e investigadores han apuntado por años que una pandemia similar volvería a atacar al mundo, señalando a la gran capacidad de movilidad mundial como uno de los factores que nos haría más vulnerables ante la enfermedad. Pero si en algo coinciden, es que la tecnología, cuarentena e higiene, es lo que nos salvaría de una devastación tan grande, como ocurrió con la epidemia del SARS. 

Foto: Shutterstock.

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