Además del amor entre abuelo y nieto que los unió siempre, Tomás Balcázar y Javier Hernández protagonizaron una historia poco común: ambos anotaron gol en una Copa del Mundo frente al mismo rival, Francia.
Don Tomás fue mundialista por México en el Mundial de Suiza 1954, en una selección que era dirigida por Ignacio Trelles, y en el partido ante Francia marcó el empate parcial 2-2 (minuto 85) para el Tricolor, que acabaría perdiendo ese cotejo con anotación de Raymond Kopa.
56 años después, en Sudáfrica 2010, el Chicharito fue el autor de uno de los goles (el otro fue Cuauhtémoc Blanco, de penalti), con que el Tricolor comandado por Javier Aguirre, derrotó nada menos que a la Campeona del Mundo, Francia.
Javier recibió un pase aéreo de Rafa Márquez, controló el balón con el pecho y escapó mano a mano ante Hugo Lloris, a quien eludió con relativa facilidad y ante arco abierto empujó la pelota al fondo para hacer estallar el júbilo de los mexicanos.
En aquella ocasión, el llanto fue la mejor explicación que Chicharito pudo dar respecto a lo que sintió, pues ese gol fue el primero de los cuatro que suma en Mundiales, y aparte emulaba lo hecho por su abuelo, Tomás Balcázar.
