Por Zaritzi Sosa
Su carta de presentación fue contundente: “vengo a romperla”, dijo Jesús el ‘Churpias’ Moreno cuando llegó al Club América para el Clausura 2016 al mando de Ignacio Ambriz.
El jugador provenía del Ascenso MX y, entre otras cosas, llamó la atención por su apodo, uno de los más peculiares en el futbol mexicano, pero también por la historia que había forjado antes de llegar a uno de los dos clubes más mediáticos de México, donde solo pudo estar un año y participar en 86 minutos.
La carta de presentación del ‘Churpias’ era un título de goleo en la Copa Mx de 2015, procedente de Alebrijes de Oaxaca. Se desempeñaba como delantero, y el 27 de febrero de 2016 tuvo la oportunidad que tanto esperó, estar en el once inicial de Nacho Ambriz.
Las múltiples bajas en el ataque de las Águilas le abrieron paso en un partido de Liga ante Tigres en el Volcán, donde además marcó su primer y único gol como americanista; sin embargo, la noche para el de Zamora, Michoacán, resultó agridulce, pues los locales se impusieron por goleada de 4-1 sobre el América.
Su apodo es en memoria de uno de sus tíos, quien falleció cuando Moreno era un niño. La infancia del ‘Churpias’ estuvo rodeada de carencias, por lo que tuvo que aprender a trabajar en el negocio de la construcción.
Trabajó como ayudante de albañil con su cuñado, hasta que a los 17 años decidió ir en busca de un sueño en forma de balón.
Su carrera se desarrolló principalmente en el Ascenso MX, y tras un paso casi inadvertido con los azulcrema, voló a Tampico Madero y luego a Correcaminos, donde las lesiones le pasaron factura y tuvo que buscar nuevos rumbos.
Hoy, la carrera del ‘Churpias’ es incierta, ya que se disponía a jugar en la Primera División de Guatemala, pero su trasferencia no pudo ser completada en 2019, por lo que a inicios de este año emigró a los Estados Unidos para sumarse a Los Ángeles Force de la Liga Nisa, pero ante la pandemia del COVID-19, ahora mismo no sabe dónde seguirá en la búsqueda de goles y otra oportunidad.
