Por Arelí Quintero
En el arranque de la Fase 3 de la emergencia sanitaria, el Hospital General Regional #72 del IMSS, en Tlalnepantla, es la zona cero del ataque del coronavirus al personal médico. Hasta el 18 de abril, 67 trabajadores del hospital han dado positivo a Covid-19, incluido un directivo que no informó de su enfermedad a sus subalternos.
Además, otros 41 tienen permiso por “incapacidad” en espera de los resultados de sus pruebas. En total, hasta el viernes pasado, 108 empleados de ese hospital, entre médicos, enfermeras, ayudantes y camilleros han sido aislados por contagio confirmado o por sospecha.
Latinus pudo corroborar los 67 casos del brote hospitalario con la revisión de cada una de las pruebas del personal médico que dio positivo a Covid-19. El primer caso fue el 22 de marzo. Son 51 mujeres y 57 hombres de los servicios médicos que han tenido que dejar de trabajar ya sea porque el contagio les fue confirmado o porque están en espera de los resultados.
En este video puedes ver los documentos de corroboran los 67 casos en el H72 del IMSS:
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El brote en el H72 fue dado a conocer por Latinus el pasado 7 de abril, cuando el personal médico contagiado y aislado era menos de la mitad de ahora. En ese momento, el director general del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, negó que se tratara de un brote hospitalario; sin embargo, reconoció que había 20 empleados médicos confirmados con Covid-19.
Antes de que los contagios se volvieran una crisis, el personal médico había denunciado que no tenían el equipo médico adecuado para trabajar sin poner en riesgo su vida y que, por el contrario, se les ocultaba la gravedad de la situación.
Entre los casos que no se hicieron públicos está al menos un directivo cuyo resultado positivo a Covid fue verificado por Latinus. La prueba consistió en un exudado faríngeo/nasofaríngeo con el cual el laboratorio central de epidemiología le confirmó el 4 de abril que era positivo.
De acuerdo con los testimonios de médicos consultados, el directivo no les informó de su enfermedad a pesar del riesgo de contagio. Tampoco pidió alertar a pacientes con los que tuvo contacto; es decir, las personas que pudieron ser contagiadas por el médico no fueron aisladas para evitar la diseminación del virus.
Los entrevistados informaron que el directivo se ausentó del hospital dos semanas pero negó que el motivo fuera la enfermedad; su versión fue que estaba de vacaciones a mitad de la crisis sanitaria.
El Código Penal Federal establece en su artículo 199-bis sanciones que van desde una multa hasta tres años de prisión para quien, con conocimiento de que es portador de una enfermedad grave, ponga en riesgo de contagio a otras personas.
La exigencia de equipo de trabajo adecuado, lejos de aliviar sus dificultades generó tensión entre el personal médico y el director general del IMSS.
El 8 de abril pasado, los médicos enviaron una carta a la Secretaría de Salud, en la que pidieron que Zoé Robledo les ofreciera una disculpa pública por las omisiones del IMSS en el manejo de pacientes posiblemente contagiados y por intentar negar el brote.
Dos semanas después de esa carta, los casos de contagios confirmados entre el personal médico no han sido frenados. La disculpa pública del director general del IMSS tampoco llegó.
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