La recaudación fiscal de China cayó un 14.3% en el primer trimestre debido al impacto directo de la crisis del coronavirus, y a las rebajas de impuestos ejecutadas por Pekín, como parte del programa de alivio económico para mitigar el impacto de la pandemia.
De acuerdo con datos publicados por el Ministerio de Finanzas, en términos nominales dichos ingresos fueron de 4.6 billones de yuanes (650 mil 351 millones de dólares).
El descenso fue ampliándose con el paso de los meses. En enero fue del 3.9% (la emergencia sanitaria y el confinamiento no fue declarado hasta finales de ese mes). En febrero, del 21.4% y, en marzo, del 26.1%.
También disminuyó el gasto fiscal en este primer trimestre del año, en un 5.7%, hasta 5.53 billones de yuanes (781 mil 835 millones de dólares).
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La prensa oficial, sin embargo, destaca que el gasto sanitario se expandió un 4.8% hasta 497 mil 600 millones de yuanes (70 mil 351 millones de dólares) entre enero y marzo.
El Ministerio de Finanzas atribuyó la situación a la caída en las bases imponibles por la ralentización de la actividad económica derivada de las medidas de prevención de contagios. Éstas mantuvieron al país prácticamente paralizado durante semanas.
El director del Centro de Pagos del Tesoro del Ministerio, Liu Jinyun, pronosticó más caídas para el segundo trimestre. Éstas, detalló, serán cada vez menos acusadas gracias a la “recuperación acelerada de la producción y las condiciones de vida”.
