Un hombre, que según investigadores del FBI planeaba colocar una bomba en un hospital de la zona de Kansas City, en Misuri, estaba furioso por la respuesta del gobierno estadounidense al coronavirus y actuó motivado por el odio racial y religioso, de acuerdo con documentos judiciales difundidos recientemente.
Timothy Wilson, de 36, murió el pasado 24 de marzo en un tiroteo con agentes del FBI que tenían una orden de arresto. Wilson había planeado perpetrar un ataque en abril o junio, pero según los agentes lo adelantó cuando el número pacientes contagiados con el virus en el estado de Misuri comenzó a aumentar.
El tiroteo fue la violenta culminación de una investigación antiterrorista que inició en el 2019, cuando el FBI descubrió unos mensajes codificados entre Wilson y Jarret William Smith, un soldado de 24 años que enfrenta una pena de cárcel por publicar en redes sociales cómo fabricar una bomba.
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Los documentos detallan que Wilson planeaba atacar el Hospital de la Universidad de Kansas, pero finalmente decidió detonar un vehículo cargado de explosivos en el estacionamiento del Centro Médico Regional Belton, informaron diarios locales.
Dos días antes de morir, Wilson y un agente clandestino del FBI fueron al centro médico a inspeccionarlo y a realizar un ensayo del atentado, de acuerdo con los documentos.
Éstos igualmente indican que Wilson analizó durante meses varias ideas para realizar un ataque terrorista. A un agente clandestino del FBI le dijo que entre los posibles blancos estaban una planta nuclear, varios centros islámicos en el estado y una sinagoga.
También había pensado en abrir fuego en una escuela primaria en donde la mayoría de los alumnos eran afroamericanos.
