El lunes, China reportó 108 nuevos casos de COVID-19, 98 de ellos son importados. De los casos domésticos, siete se registraron en la provincia de Heilonjiang, en la frontera con Rusia. Tres más en la ciudad de Guangzhou, en el sur del país. Además, se reportaron dos decesos adicionales en la ciudad de Wuhan, el epicentro del brote.
China elevó su total a 3 mil 341 fallecimientos y 82 mil 160 infecciones oficiales desde que surgió la enfermedad en diciembre del año pasado.
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La mayoría de los pacientes en China ya se recuperaron. En Wuhan se levantaron las últimas restricciones de desplazamiento la semana pasada luego de 11 semanas de aislamiento. Pero China sigue reportando casos nuevos en viajantes que llegan desde el extranjero.
Las medidas de distanciamiento social, revisiones de temperatura y otras continúan vigentes mientras se reanuda la actividad comercial y las personas vuelven a sus trabajos y otras actividades.
Las autoridades de Corea del Sur reportaron el viernes que 91 pacientes que supuestamente se habían recuperado del coronavirus dieron positivo de nuevo por la enfermedad.
Jeong Eun-kyeong, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (KCDC, por sus siglas en inglés), dijo en rueda de prensa que el virus podría haberse “reactivado” en vez de que los pacientes se hayan reinfectado.
Las autoridades de salud surcoreanas dicen que siguen sin estar claras a las causas de la tendencia. Aseguran que los epidemiólogos se mantienen investigándola.
En Corea del Sur, se contabilizan 10 mil 537 contagios y 217 muertes. Casi 7 mil surcoreanos se han recuperado del COVID-19.
Con información de agencias
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