La ‘obra maestra’ de Hugo Sánchez cumple 32 años

Por Daniel Montes de Oca

En la soleada tarde del 10 de abril de 1988 en Madrid, Hugo Sánchez desafió las leyes de la física y voló.

Impulsado por la pierna derecha, el entonces delantero del Real Madrid se elevó más de dos metros desde el punto penal y de espaldas a la portería, para conectar con su portentosa zurda un envío de Martín Vázquez que provenía del sector izquierdo.

Se jugaba el minuto 9 del encuentro entre merengues y un precario Logroñes en el Estadio Santiago Bernabéu, que suponía una victoria de trámite para los locales (2-0 final); sin embargo, Hugo decidió quitarle la monotonía al triunfo.

El mexicano consideró que la acrobacia era la mejor forma de honrar el servicio de Vázquez y colocó el balón cercano al ángulo derecho.

El guardameta Juan Pérez se lanzó para que la postal fuera perfecta, y segundos más tarde fue a recoger la pelota de entre las redes, con el asombro de quien acaba de ser testigo de un hecho histórico.

“La ovación con pañuelos blancos duró tres minutos y el silbante Brito Arceo me dio las gracias por haber visto el gol más bonito del mundo”, dijo en su momento Hugo, quien se definía como un centro delantero impredecible.

El paso a paso del ‘Señor Gol’. (Arte: Alejandro Fortuna).

“Yo era atípico. No era de los que cuando ven que la jugada viene por la izquierda, van a buscar la pelota a la izquierda. Yo me alejaba para buscar la espalda de los defensas y así no sabían en qué momento iba a arrancar para desmarcarme”.

Por si le faltaran elementos a la obra de arte concebida por el ‘Macho’, resulta que la anotación la consiguió con un balón ‘Adidas azteca’, y que el nombre del rival al que se le marcó (Logroñés) se lee de atrás para adelante como ‘Señor gol’. Por ello el tanto fue bautizado de esa manera.

“Deberían cambiar las reglas del juego y después de un gol así tendrían que suspender el partido para irnos todos a celebrar”, declaró Leo Beenhakker, entonces entrenador del Real Madrid.

Este 10 de abril se cumplen 32 años de aquel golazo de Hugo que le dio la vuelta al mundo, en una época en la que las redes sociales y la inmediatez no asomaban ni por casualidad.

Fueron 234 anotaciones del ‘Pentapichichi’ con el Real Madrid: “Fue un prodigio en la habilidad de desmarcarse. Todos sus goles los marcó de un toque; no necesitaba una jugada individual o un regate”, dijo en su momento Johan Cruyff (q.e.p.d.) a manera de reconocimiento hacia el mexicano.

Hugo perfeccionó la ‘chilena’, la cual debe su nombre a Ramón Unzaga, quien inventó la jugada en el puerto chileno de Talcahuano, y que en 1927 se hizo popular cuando el club Colo-Colo viajó a Europa, y el delantero David Arellano la exhibió en los estadios de España, según narra el escritor Eduardo Galeano.

Como colofón a este recuerdo, las palabras de Jorge Valdano, compañero de Hugo en el Real Madrid, quien con su característico virtuosismo y elocuencia define por qué el exdelantero era capaz, incluso de volar…

“En algunos casos el motor del éxito es exclusivamente el talento; en otros, la voluntad. En el caso de Hugo Sánchez, es la vanidad.

“La poca autoestima del Pueblo mexicano la describió como nadie Octavio Paz en ‘El laberinto de la soledad’. El escritor oyó ruidos en su casa y preguntó quién era. De otra habitación contestó una persona de servicio: ‘Nadie señor, soy yo’.

“Esa respuesta no sería jamás de Hugo Sánchez. Es más, creo que si el pueblo tiene poca autoestima es porque está mal repartida: se la quedó toda Hugo”, relató Valdano.

Esta web usa cookies.