Jorge Enrique Trejo Gómora, director general del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea, informó que México analizará el uso de plasma convaleciente para atención de pacientes graves de COVID-19.
Durante el informe epidemiológico diario del coronavirus en el país, el funcionario aseguró que el plasma es la parte líquida de la sangre que contiene anticuerpos que producen proteínas, y dan respuesta al sistema inmune a las infecciones.
Agregó que a nivel mundial se está estudiando como un tratamiento experimental para dichos pacientes. “Es una terapia prometedora, pero es necesario analizarla”, puntiualizó.
Señaló que la Secretaría de Salud, a través de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE), está desarrollando un protocolo de investigación para la recolección del plasma.
En tanto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya tiene un protocolo de investigación aprobado por el Comité de Bioética para iniciar la recolección de plasma a partir del próximo lunes.
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El tratamiento de plasma convaleciente es una alternativa experimental y no ha sido comprobada su efectividad, aunque haya funcionado antes con otras infecciones virales como el ébola y la gripe pandémica AH1N1.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó en días pasados ese tipo de tratamiento para personas infectadas con el virus Sars-Cov2.
Pero la FDA autorizó una investigación en estudios clínicos para el uso de plasma de pacientes recuperados de la enfermedad, con el fin de obtener más datos que puedan determinar si esta alternativa puede representar una cura del coronavirus.
Se prevé desabasto en donación de sangre a nivel mundial
Durante su participación en la conferencia, el director general del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea adelantó que, según estudios a nivel mundial, se estima que habrá una disminución en la donación de sangre.
Trejo Gómora señaló que en México no se padece todavía de desabasto de sangre, pero sí de donantes, por lo que hizo un llamado a tomar medidas para que eso no suceda.
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El funcionario mencionó al grupo que tendrá una afectación por el desabasto que se prevé, como los pacientes hemato-oncológicos, de hemorragia obstétrica, en casos de traumatismos y accidentes, así como transfusiones de componentes sanguíneos de vida media corta (plaquetas).
Por lo anterior, el director general presentó una estrategia para atender el problema de desabasto en México que tiene cuatro objetivos estratégicos: la optimización de la reserva de componentes sanguíneos almacenados; dar continuidad a los servicios de sangre; garantizar la seguridad del donante y del personal del banco de sangre, y evitar la propagación de COVID-19 en la cadena transfusional.
