Luego de ocho meses sin realizar reuniones de prensa periódicas alguna vez definidas en el trabajo, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, dejará su trabajo.
La primera dama estadounidense, Melania Trump, anunció que Grisham será su nueva portavoz y la jefa de gabinete de su personal. La llamó “un pilar y una verdadera líder en la administración”, de acuerdo con el Washington Post.
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Funcionarios de la Casa Blanca elogiaron la lealtad de Grisham, aunque no formaba parte del círculo íntimo de asesores del presidente Donald Trump, como su predecesora, Sarah Sanders.
Hasta ahora, la Casa Blanca no ha nombrado a un sucesor para Grisham, pero ella indicó que se anunciará en los próximos días.
Por ahora, dijo que permanecerá en el ala oeste de la Casa Blanca “para ayudar con una transición sin problemas durante el tiempo que sea necesario”.
Estuvo cerca de contagiados de coronavirus
A principios del mes de marzo, Grisham comenzó una cuarentena voluntaria luego de enterarse que había convivido con al menos dos personas con COVID-19, durante una cena el 7 de marzo en el Club Mar-a-Lago de Trump.
Por este motivo no se le había visto en la mayoría de las conferencias de prensa de Trump sobre el COVID-19. Para el 24 de marzo, la Casa Blanca comunicó que había dado negativo a la prueba del virus, y regresaría a trabajar al otro día.
Un medio estadounidense señaló la semana pasada que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, estaba explorando la posibilidad de reemplazar a Grisham con la secretaria de prensa del Pentágono, Alyssa Farah.
Ante esto, Grisham emitió un comunicado al medio en el que no negó que cualquier plan para reemplazarla estuviera en proceso.
“Me parece más intriga de palacio, pero también he estado en cuarentena. Si es cierto, qué irónico que el secretario de prensa escuchara sobre ser reemplazado en la prensa”, dijo.
Según informes, Mark Meadows estaría interesado en hacer sesiones informativas más regulares, algo sobre lo que Trump ha reflexionado recientemente.
