Algunos trabajadores se siguen viendo en la obligación de ir a laborar en la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México durante la pandemia de COVID-19.
Pero los residentes de un pueblito en el sur de Nuevo México y defensores de los inmigrantes expresaron su preocupación ante la posibilidad de que los trabajadores puedan llevar el virus a áreas con pocos servicios de salud.
Los habitantes están pidiendo la intervención de los principales funcionarios electos del estado, luego que el contratista federal del proyecto comenzó a levantar viviendas móviles.
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A través de una carta, argumentaron que las órdenes de salud pública emitidas por la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, están dirigidas a limitar los grupos de personas y los contactos para impedir que empeore la pandemia.
“Les pedimos respetuosamente que se haga todo lo posible para frenar el flujo de trabajadores de fuera del estado a nuestras comunidades fronterizas. Esto para proteger la seguridad y la salud de los residentes rurales de Nuevo México y las comunidades fronterizas”, dice la carta. “Las vidas de los residentes dependen de ello”.
La construcción del muro no es la única que no se detiene ante el COVID-19
En un área remota del norte de Montana, durante el fin de semana iniciaron los trabajos en el oleoducto Keystone XL.
El gobernador, el demócrata Steve Bullock, dijo que las preocupaciones sobre campamentos de trabajadores que pudieran albergar hasta a mil personas deben ser resueltas antes que TC Energy finalice sus planes de construcción.
Estados Unidos ya registra más de 383 mil contagios y 12 mil muertes por COVID-19. En casi todo EU hay restricciones de movilidad para los ciudadanos, pero los trabajadores del muro fronterizo y del oleoducto siguen laborando.
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Incluso en Nuevo México, las órdenes de salud pública crean excepciones para operaciones de infraestructura, como las obras públicas y la reparación y construcción de caminos.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que supervisa a los contratistas que trabajan en la frontera, dijo la semana pasada, cuando afloraron las primeras preocupaciones, que siguen las directrices federales, pero no dieron detalles específicos sobre cómo van a proteger la salud pública durante la obra.
La demócrata Lujan Grisham ha criticado las políticas de inmigración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump y los planes para construir más secciones del muro fronterizo.
El lunes, el vicegobernador de Nuevo México, Howie Morales dijo que los trabajadores representan un riesgo adicional. Las obras suceden cerca de Columbus, un pueblito de menos de mil 500 personas al oeste de El Paso, Texas.
“La emergencia nacional ahora no es construir el muro fronterizo. La emergencia nacional es la crisis de salud que enfrentamos”, dijo Morales.
