Tres de cada cuatro hospitales en EU combaten al coronavirus

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Foto AP

Tres de cada cuatro hospitales en Estados Unidos dijeron que tratan a pacientes con casos confirmados o sospechosos de COVID-19, de acuerdo con un reporte federal. Además, pronosticó que los centros médicos podrían saturarse si el número de casos se disparara hasta el pico proyectado. 

Un reporte del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de la Unión Americana, advirtió que los problemas principales continúan y crean un ciclo vicioso entre sí. Entre los principales obstáculos están la falta y la lentitud de las pruebas, la escasez de equipo de protección para el personal médico, la escasez de ventiladores. En cuanto a los obstáculos personales, el reporte señala la preocupación sobre el agotamiento y el estrés al que se somete el personal médico. 

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“Es una especie de efecto dominó”, dijo Ann Maxwell, una inspectora general asistente en el HHS. “Estos desafíos se enfrentan entre sí y complican la situación. Se produce un efecto de cascada”, comentó. 

El reporte de la HHS se basa en una encuesta telefónica a 323 hospitales estadounidenses entre el 23 y el 27 de marzo. Con cientos de nuevos casos de COVID-19 cada día, la situación se complica para los 6 mil hospitales del país. Son pocos los que aún pueden arreglárselas para preparase para lo que viene. 

Los retos de los hospitales por el COVID-19 

“Los trabajadores de salud se sienten como si estuvieran en la guerra”, comentó el administrador de un hospital en Nueva York a los investigadores. “Están viendo a gente en sus 30s, 40s y 50s morir. Esto cobra una cuota emocional”, dijo el trabajador de un hospital cuya identidad no se reveló por cuestiones de privacidad. 

Las horas extra y el mayor uso de suministros aumentan los costos, al mismo tiempo que muchos hospitales experimentan una restricción de ingresos debido a que las cirugías no urgentes han sido canceladas. El proyecto de ley de estímulo federal recientemente aprobado bombardea dinero a los hospitales. 

“Los hospitales reportaron que sus retos más significativos consisten en hacer pruebas y cuidar a los pacientes con casos sospechosos. Además de mantener sano al personal de salud”, concluye el reporte. 

“Parece ser que cada hospital en Estados Unidos va a atener que lidiar con esto”, dijo Maxwell. 

Estados Unidos ya registra 337 mil 933 casos de contagio y 9 mil 654 muertes por el coronavirus. Es el país que más casos registra nivel mundial. Modelos como el de la Universidad Johns Hopkins muestra que Estados Unidos podría alcanzar su pico a finales de abril. 

Un desafío a nivel nacional 

“Es un desafío a nivel nacional. No sólo para los estados que son focos de la epidemia, sino para todo el país”, dijo Maxwell. Los hospitales rurales son vulnerables, por la cantidad limitada de camas y personal médico. 

De los 323 centros de salud encuestados, 117 reportaron que están tratando a al menos un paciente portador del COVID-19. Mientras tanto, 130 dijeron estar tratando a uno más pacientes sospechosos de contagio. Los casos sospechosos se tratan de manera similar, porque hay incertidumbre en cuanto a las pruebas. Solo 32 hospitales dijeron no estar tratando a ningún paciente por COVID-19. Otros 44 no ofrecieron esta información. 

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Muchos hospitales deben improvisar para resolver sus problemas. Algunos compraron tapabocas a salones de belleza. Otros intentan hacer su propio desinfectante para manos mezclando el gel de ultrasonido con alcohol de destilerías locales. 

Un reto para el sistema de salud

Maxwell comentó que la intención del reporte es mostrar la situación a la que se enfrentan los hospitales. Advirtió que los mismos problemas son los que están retando a todo un sistema de salud a nivel nacional. 

Por ejemplo, la falta y la lentitud de las pruebas significa que los hospitales deben atender a los pacientes aún cuando no se ha confirmado si son o no positivos al COVID-19. Esto, ocasiona que se ocupe una cama aún cuando no se sabe si se necesita. Además, el personal de salud tiene que hacer uso de material de protección que tampoco se sabe si es necesario. 

El aumento del trabajo incrementa los niveles de estrés de enfermeras, doctores y especialistas en la salud respiratoria. Además, se debe sumar la preocupación que ellos sienten por protegerse contra el COVID-19

Con información de AP 

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