Es el capitán y máximo referente del Real Madrid en la actualidad. Pese a no ser de cuna blanca, en más de 10 años en el club asimiló a la perfección la filosofía ganadora e hizo de la alta competencia una rutina.
Se le puede acusar de soberbia y en ocasiones de abusar de la dureza; sin embargo, se trata de un futbolista sin comparación y del líder de la llamada ‘Dinastía Blanca’. Es uno de los sobrevivientes de ‘Los Galácticos’.
“Sergio entra al vestuario como si el Real Madrid le perteneciera y al campo como si hubiera inventado el futbol. El club le acusa de mandar en exceso y los rivales de pegar en exceso. Pero cuando los normales se esconden, él desafía al mundo con un ‘Panenka’. Su manera de decirnos que el líder, ese ideal remoto como un animal mitológico, aún existe”, escribió alguna vez Jorge Valdano en su columna de el diario ‘El País’.
El estandarte merengue está de fiesta, confinado como el resto, pero con 34 motivos más para celebrar. La veteranía no ha mermado al talento, al contrario, lo ha catapultado.
Es cierto, los adjetivos y señalamientos hacia el defensa resultan infinitos, sobre todo de sus detractores: desde “carnicero” y “mala leche”, pasando por recordar que es el futbolista más expulsado en España; sin embargo, quedan pocos de su estirpe.
Sergio Ramos representa a carta cabal al madridista: orgullo, pasión, entrega, soberbia y la mirada fija en solo un objetivo, ganar.
Resultaría ocioso hacer un repaso de sus galardones, con lo que basta resumir que tiene en sus vitrinas todo lo que un deportista puede anhelar: Campeón del mundo, multimonarca de la Champions League, Campeón de Europa, Ligas, Copas… Todo.
Soberbio capitán.
