“Quédate en casa” es tal vez la principal consigna en la era del COVID-19. Pero el encierro de las familias puede generar peligros poco visibles aunque reales que alarman a activistas y funcionarios.
Se trata de un posible aumento en los casos de violencia doméstica, ya que las víctimas pasan día y noche atrapadas en sus casas con sus victimarios, sin poder escapar a ningún sitio y con acceso limitado o nulo a sus amistades.
“Un abusador va a aprovechar todo lo que esté a su alcance para ejercer su poder y su control, y el COVID-19 puede ser una de esas herramientas”, dijo Crystal Justice, quien supervisa el desarrollo de una línea telefónica nacional para la violencia doméstica todos los días en Estados Unidos.
Te recomendamos: Feminicidios en números; un problema en todo el mundo
En un día normal reciben aproximadamente dos mil llamadas. Justice dice que cuando ocurren desastres naturales, como un terremoto, la gente habla cuando ya ha pasado lo peor.
Lo más importante, indicó, es que más de 700 personas que llamaron entre el miércoles y el domingo pasado mencionaron al coronavirus como “un desencadenante de su experiencia”.
Las personas que llaman relatan historias inusuales, como que su pareja les impide ir a trabajar en centros de salud, recibir cierta atención médica o incluso conseguir acceso a guantes y desinfectantes.
En México, durante el informe epidemiológico desde Palacio Nacional, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman Zylbermann, hizo un llamado al respeto a las mujeres para no ejercer violencia de género durante el periodo de sana distancia.
Se presentaron varios números telefónicos para asistir a alguna mujer que sufra de violencia, maltrato a su persona y asesoría sobre planeación familiar.
El número para denunciar violencia es el 911. Para información de métodos anticonceptivos está el 800 624 6464, y para orientación en embarazo, puerperio y lactancia pueden marcar el 800 628 3762.
Los Ángeles, otro foco rojo
En Los Ángeles, las autoridades confirmaron que se preparan para un aumento en los abusos. “Cuando la gente se encierra, en una o dos semanas se cansan el uno del otro y estalla la violencia doméstica”, dijo Alex Villanueva, sheriff del condado.
“Lo vemos venir”, dijo Patti Giggans, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Paz en Lugar de Violencia, de Los Ángeles.
También puedes leer: Contagios de COVID-19 rebasan el medio millón en el mundo. Sigue el mapa en tiempo real
Antes de que se dispusiese el confinamiento de la gente, la agrupación comenzó a preparar sesiones de terapia y a llamar a la gente para decirles cómo mantenerse en contacto. Tal vez una llamada a un consejero desde un baño o durante una caminata si hay alguien abusivo en la casa.
Debido a las medidas tomadas para contrarrestar el virus, los activistas “no pueden presentarse en una comisaría”. “No podemos ir al hospital”, dijo Giggans.
“Uno de los retos que tenemos con esta pandemia es que la casa no es un lugar seguro para todos”, dijo Amanda Pyron, directora de The Network: Advocating Against Domestic Violence de Chicago.
La organización también tiene una línea de emergencia que funciona todo el día y dice que, desde que se dispuso el confinamiento, subieron las llamadas que reciben. Pasaron de recibir sesenta llamadas al día a noventa.
La línea especial para la violencia doméstica de Estados Unidos recomienda que las personas que creen que podrían correr peligro, usen chats y mensajes de texto para pedir ayuda de ser necesario, aunque sea por medio de una expresión casual que revele que corren peligro.
Europa y la violencia doméstica
Europa registra el mismo fenómeno. En Francia, el coronavirus y el encierro “son un coctel explosivo”, según Nathalie Tomasini, abogada que representa a víctimas de violencia doméstica.
Estar atrapada en una casa con una pareja abusiva es como estar “en una cárcel sin ventanas”, señaló la abogada.
“Esta es una forma de guerra”, sostuvo Tomasini. Francoise Brie, la directora de la Federación Nacional de Solidaridad con las Mujeres, que maneja la línea de emergencia de Francia, dijo que normalmente reciben entre 350 y 400 llamadas semanales, pero que esa cantidad bajó en la primera semana de confinamiento.
Brie agregó que es demasiado pronto para saber si el encierro tendrá algún impacto en la violencia doméstica. “Esperamos episodios más graves, repetidos y en mayor cantidad”, afirmó.
También puedes leer: Lluvia de piedras dejó tres heridos en protesta feminista de Pakistán
En España, el Ministerio de Justicia dijo que los tribunales seguirán funcionando durante la crisis y que la violencia de género es una de las áreas que está recibiendo atención especial.
A partir del brote de la pandemia, ha habido un incremento en las llamadas por violencia doméstica, de acuerdo con Carmen Benito, presidenta de Mujeres Contra el Maltrato.
La violencia contra la pareja no es la única preocupación. También temen un posible aumento en los casos de abuso de menores ahora que cancelaron clases, y que los niños estarán más tiempo en casa.
