Ante el avance del coronavirus en California, la ciudad de Los Ángeles ha suspendido clases, misas y actividades al aire libre. También se han cerrado negocios y se han extremado las medidas de limpieza.
Aunque algunos ciudadanos piensan que “no es para tanto” y culpan a los medios de haber fabricado la crisis, hay quienes temen perder su empleo o exponerse al virus mientras siguen trabajando.
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