El coronavirus causa temor entre las más de 100 mil trabajadoras sexuales en Alemania, ya que han perdido clientela tras el brote del virus.
Tan solo en Berlín se han detectado 332 casos de coronavirus y gran parte de ellos están relacionados con bares y clubes nocturnos. Mientras el virus se expande en la ciudad, el negocio del trabajo sexual corre riesgo de perder mucho dinero en los próximos días.
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Susanne Bleier Wilp es una extrabajadora sexual alemana y portavoz de la Asociación de Proveedores de Servicios Sexuales y Eróticos. Ella explicó la situación de las trabajadoras sexuales en la capital del país tras el brote de coronavirus.
“Algunas se están retirando por completo del negocio en este momento por motivos de seguridad”, dijo Bleier Wilp.
Muchas trabajadoras sexuales en Berlín son jóvenes y podrían estar poco preocupadas por contagiarse. Sin embargo, algunos de sus clientes son mayores de 50 años, por lo que tienen más riesgo de contagio al estar en contacto con ellos.
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Otro problema para las trabajadoras sexuales en la capital alemana es el cierre de todos los recintos de ocio, incluidos los prostíbulos. Las autoridades de Berlín informaron esta decisión el sábado, aunque no está claro si las trabajadoras sexuales acatarán la orden o seguirán trabajando.
Pocas visitas a los clubes sexuales en Europa
En Holanda, el Barrio Rojo de Ámsterdam se vio afectado de forma similar por el coronavirus. El lunes, la mayoría de las ventanas donde están las trabajadoras sexuales se veían vacías.
Algunas de las mujeres colocaron carteles diciendo que habían cerrado debido a las restricciones por el coronavirus.
El gobierno de Holanda ordenó el domingo el cierre de escuelas, bares y restaurantes durante tres semanas, incluyendo los clubes sexuales.
En Grecia también cerraron los burdeles, mientras que en Polonia, donde los prostíbulos son oficialmente ilegales, las restricciones forzaron a cerrar los “salones de masajes”.
En Ginebra, donde se encuentra la sede europea de Naciones Unidas, se ordenó el cierre de todos los servicios y comercios no esenciales, incluidos barberos y, desde luego, las “actividades de prostitución”.
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Aunque varios países europeos cierran estos lugares, las trabajadoras sexuales deben conseguir dinero a pesar del coronavirus.
“En algún momento acabará [el brote de coronavirus], y cuando haya acabado, las cosas funcionarán de nuevo”, dijo la portavoz Bleier Wilp.
Con información de AP.
