Foto: AP
Esta noche que los precandidatos demócratas suban al escenario para debatir, encontrarán que la agenda política y el mundo se ven muy distintos que cuando se enfrentaron hace menos de tres semanas.
La rápida propagación del coronavirus podría convertirse en el tema que domine esta noche. El incremento en el número de casos confirmados en Estados Unidos y en el mundo provocó una reducción drástica en el número de vuelos y una caída en los mercados financieros.
Por si fuera poco, la capacidad del presidente Donald Trump para guiar a la nación durante este periodo de incertidumbre, está siendo cuestionada.
Ya únicamente quedan dos demócratas en la contienda, el exvicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders. El objetivo de ambos es exponer la razón por la cual son la mejor opción para desafiar a Trump en las elecciones de noviembre.
Los otros cinco precandidatos que estaban con ellos en el escenario el 25 de febrero en Carolina del Sur, abandonaron la contienda. La mayoría anunció su respaldo a Biden.
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Tanto para Sanders como para Biden, el debate es una oportunidad para mostrar sus habilidades de liderazgo. Los dos demócratas no solamente tendrán que compararse con Trump, sino también entre ellos. Ambos argumentarán que tienen la experiencia, el temperamento y las políticas correctas para guiar a su país a través de una crisis.
La crisis del coronavirus cambió los planes para el debate de éste domingo. Primero, el Comité Nacional Demócrata anunció que el evento se llevaría a cabo sin audiencia. Posteriormente, el evento fue trasladado de un gran recinto en Arizona a un estudio de televisión en Washington DC.
Además, la distancia entre los podios para los precandidatos seguirá las directrices de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, aseguró CNN, la cadena que organiza el debate.
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