The Trials of Gabriel Fernandez. Netflix pone el dedo en la llaga

The Trials of Gabriel Fernandez
Foto: Netflix
Por: Carlos Dragonné

Si abren Netflix el día de hoy, en el TOP 10 de productos consumidos van a encontrar una serie documental que bien podría pasar desapercibida en la vorágine de contenidos que la plataforma de streaming ofrece cada semana. Deténganse. Respiren profundo y pónganle play. “The Trials of Gabriel Fernandez”, traducida al español como “Justicia para el pequeño Gabriel”, un título que intenta redondear el tema de la serie sin hacerse a un lado de la melodramática naturaleza del público latino. Pero más allá del melodrama, la realidad apunta a una de las mejores series que se han visto en la categoría documental en Netflix.

The Trials of Gabriel Fernandez

“The Trials of Gabriel Fernandez” parte de una premisa que, como sociedad, desgarra. En 2013 un niño de 8 años de edad fue brutalmente asesinado en Palmdale, una ciudad del condado de Los Ángeles. Por sí misma, la noticia es terrible. Pero conforme se van desprendiendo las capas nos encontramos ante una historia de horror, que recorre a los rincones más oscuros de la naturaleza humana y nos pone de frente a quienes mostraron claramente, simplemente, la perdieron. Pearl Fernandez e Isauro Aguirre, madre del niño y novio de ella. Dos asesinos confesos que dibujan el boceto de la crueldad humana.

Una serie sobre culpables, sí. Pero más de los que creen.

Hasta ahí uno podría pensar que será una serie fácil de contar, aunque difícil de digerir. Una muerte infantil. Dos homicidas. Un juicio. Hay un elemento extra. Gabriel Fernández murió tras una sistémica tortura a la que fue sometido por la pareja que debía, supuestamente, cuidarlo más. Un historial de maltrato y abuso que, advierto, les revolverá el estómago en más de una ocasión. Y es entonces aquí que comienza el trasfondo de la historia y lo que estamos por ver en “The Trials of Gabriel Fernandez”.

The Trials of Gabriel Fernandez

Esto no es un juicio sobre Isauro Aguirre. No es tampoco el juicio sobre Pearl Fernandez. Ambos son culpables. Lo sabemos. No hay espacio en la historia para que no sean condenados. En su argumento de apertura, el abogado encargado de defender a Isauro Aguirre dice “La evidencia mostrará que mi cliente golpeó a un niño de 8 años repetidamente hasta matarlo. La evidencia mostrará que mi cliente cometió estos actos”. Entonces, ¿para qué hacer una serie cuando hasta los protagonistas saben dónde terminará la historia?

Porque “The Trials of Gabriel Fernandez” es una serie sobre el sistema. Aquí no está en juicio la pareja homicida y que durante meses torturó a un niño en un camino que sólo podía llevar a su muerte. Aquí lo que está en juicio es el sistema de cuidados infantiles. El Departamento de Servicios Infantiles y Familiares (DCFS por sus siglas en inglés) y su actuación en un caso que, visto con calma, pudo evitarse de muchas formas y en diferentes momentos. Lo que está en juicio aquí es la rendición de cuentas de una agencia estatal que tiene demasiado control y cero responsabilidad de rendición de cuentas. Un departamento que existe para la protección de niños en un condado que ve más casos de abuso infantil de los que queremos, como sociedad, admitir que existen.

The Trials of Gabriel Fernandez

El periodismo local está perdiendo la batalla. No debería.

“The Trials of Gabriel Fernandez” pone el dedo en la llaga, también, de las limitaciones del mismo sistema, escrito para limitar hasta el sentido común de lo que, como individuos, debemos hacer en la construcción de la sociedad. La narrativa parte de la urgente necesidad de un periodismo local que, conforme avanza la tecnología de conexión y la desinformación, parece más necesario que nunca, aunque va perdiendo terreno frente a decisiones corporativistas. Porque lo sucedido en la corte se debe, en gran parte, a la investigación de Garrett Therolf mientras era parte de Los Angeles Times. La miniserie de seis capítulos es también un juicio sobre la posición en la que ponemos a trabajadores sociales y las capacidades de decisión que el Estado les da.

Todos al estrado. La voz de Gabriel Fernandez será llevada a la corte por Jon Hatami, Fiscal encargado, justamente, de la Unidad de Víctimas de Abuso Infantil Complejo de la Fiscalía de Los Ángeles. Y a través de él, el ruego de un niño de 8 años que lo único que intentaba era escapar del infierno en donde vivía o, peor aún, intentar apagar las llamas del mismo para ser querido por el único ser humano que, supuestamente, debería tener la incondicionalidad que, para Gabriel Fernández, nunca llegó.

Jon Hatami

La miniserie de seis episodios dirigida por Brian Knappenberger es, por mucho, la mejor miniserie documental de lo que va del 2020. Con escenas filmadas apenas en enero, se mete de lleno al proceso judicial no sólo de los dos asesinos, sino del sistema entero, en un ejemplo de periodismo de investigación como pocos en la actualidad. No, no busquen finales felices. Estamos hablando de una serie que parte de la premisa de dos adultos torturando hasta la muerte a un niño de 8 años de edad. No hay manera que eso termine bien. Pero los finales inevitables y dolorosos pueden dejar una huella que trascienda el trago amargo. Al menos en un intento por lograr que la muerte absurda, cruel y profundamente injusta de Gabriel Fernandez no sea en vano.

The Trials of Gabriel Fernández.
Dir. Brian Knappenberger.
6 episodios.
Luminant Media / Netflix / Common Sense Media.

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