Presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: REUTERS/Henry Romero
Estados Unidos, Canadá y seis países europeos sostuvieron conversaciones conjuntas para discutir sus preocupaciones sobre la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), informó la agencia Reuters.
Detalla que esto ocurre en un contexto en el que el mandatario se esfuerza por otorgar un papel más relevante al estado en el sector energético.
Funcionarios de Estados Unidos, Canadá y Europa expresaron en privado su preocupación de que la postura energética de México erosione las bases legales de contratos de miles de millones de dólares firmados bajo la administración previa, la del presidente Enrique Peña Nieto.
El actual gobierno de México niega que esté socavando esos acuerdos, pero dice que los contratos previos a menudo dañaron al país. Por ello ha tratado de renegociar los términos de algunos de ellos.
De acuerdo con Reuters, la reunión ocurrió el viernes 6 de marzo en Ciudad de México y fue organizada por la Embajada de Estados Unidos. Acudieron diplomáticos de Canadá, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, España y los Países Bajos.
Este encuentro diplomático inusualmente amplio muestra cómo la actual política sobre energía inquieta a economías que tradicionalmente han sido algunos de los mayores inversionistas en México.
Cinco personas familiarizadas con la reunión señalaron que todos los asistentes abordaron sus inquietudes y cuál sería la mejor manera de transmitir el mensaje al presidente López Obrador.
Cuando Reuters pidió un comentario, la embajada de Estados Unidos respondió que no discute públicamente sus conversaciones diplomáticas. Las otras embajadas y la oficina de López Obrador tampoco contestaron.
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Todas las fuentes consultadas por Reuters hablaron bajo condición de anonimato, debido a la sensibilidad del asunto.
Los diplomáticos dijeron que los distintos gobiernos difieren sobre qué tan abiertamente deberían comunicar sus quejas al mandatario mexicano. Temen que sienta que lo están presionando y termine por adoptar un enfoque más rígido.
Desde el inicio de su gobierno, López Obrador se comprometió a fortalecer el papel del estado en el sector energético. Argumenta que en el pasado, la liberalización del mercado y la privatización de otras industrias, profundizaron la desigualdad crónica en México y alentaron la corrupción.
El año pasado, las preocupaciones sobre las políticas económicas de López Obrador impactaron a la inversión en México y contribuyeron a una desaceleración que llevó a la economía a una leve recesión.
Empresas de todo el mundo se comprometieron a invertir miles de millones de dólares en México bajo cambios constitucionales que abrieron el mercado de la energía, en particular para el petróleo y el gas, promulgados por el predecesor de AMLO, Enrique Peña Nieto. El actual presidente puso freno al proceso de liberalización, bajo el argumento de que no produjo beneficios para México.
El año pasado, el gobierno de AMLO molestó a varios países al amenazar con romper contratos infraestructura por unos 12 mil millones de dólares, argumentando que fueron dañinos para los contribuyentes. Dicho contratos fueron firmados bajo la administración del presidente Peña Nieto. Aunque esa disputa finalmente se resolvió, surgieron nuevos conflictos.
Los pasos del gobierno para fortalecer Comisión Federal de Electricidad (estatal) redujeron los incentivos para que el capital privado ingresara a proyectos renovables. Ello afectó la confianza de los inversionistas en México.
Parte de las inversiones en proyectos de energía en México está vinculada a fondos de pensiones en Europa y Norteamérica. Los críticos de las políticas del gobierno temen que los minados rendimientos de esas inversiones afecten a los pensionados.
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