Tres maneras de lograr un lenguaje igualitario

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Por Paulina Chavira

Las palabras que usamos crean nuestra realidad. Si queremos un mundo igualitario, sin discriminación, uno de los cambios que podemos hacer está en reeducarnos y modificar cómo nos expresamos (el lenguaje igualitario es solo un factor entre muchos para lograr una sociedad más equitativa, pero por algo se empieza).

Comparto tres sugerencias para implementar el lenguaje igualitario; eso sí, unas son más fáciles de implementar que otras, pero solo es cuestión de practicar.

1) Usar los sustantivos en femenino cuando corresponda. Palabras como «ingeniero», «presidente», «médico», «fiscal» tienen una forma en femenino: ingeniera, presidenta, médica, fiscala.

Mientras más las utilicemos, nos parecerá más común que haya mujeres que se desempeñan en estas profesiones o cargos. Esto solo sucede con los sustantivos variables que se refieren a personas, es decir: los que tienen una forma para el femenino y otra para el masculino. En el Diccionario de la lengua española, por ejemplo, se reconocen porque tienen ambas terminaciones —aunque no estén en orden alfabético—, como en el caso de presidenta.

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2) Limitar el masculino genérico. Aunque se ha repetido que el masculino engloba a todas las personas, la realidad es que si escribo «los médicos exitosos», es poco probable que pensemos en un grupo formado por hombres y mujeres notables (para muestra, este ejercicio de BBC Mundo). Esto no significa que siempre hay que emplear el sustantivo en femenino y en masculino (el desdoblamiento), una práctica que, en general, provoca cansancio y rechazo, pero que a veces es útil.

Evitar los sustantivos en masculino para referirnos a un grupo mixto puede empezar a cambiar cómo se crean nuestras imágenes mentales. Si digo «nos interesa a todas las personas» es más probable que pensemos en un grupo heterogéneo a diferencia de decir «nos interesa a todos», que nos remite mayoritariamente a hombres.

3) «x» y «@», buenas alternativas para una comunicación gráfica. Aunque hay que considerar que su lectura especialmente de la «@»— es muy complicada. Es mejor usar «persona», «quien», «alguien» para incluir a varones, mujeres o personas que no se identifican con un género u otro.

Recordemos que somos eso: personas cuyo género no debería influir en la forma en que nos referimos a ellas.

Paulina Chavira es asesora lingüística y periodista. Comparte consejos ortográficos, gramaticales y de redacción en su cuenta de Twitter: @apchavira.

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