Un México muy extraño: “Desenfrenadas”

Una confesión: en Netflix, mi lista de “vistos recientemente” incluye “Gentefied”, “Narcos México” y “Diablero”, además del especial navideño de “Porta dos Fundos”, “Mad Men” y “The Crown”. Pero el que la mitad de los programas en esta lista tengan que ver con México no bastó para que el algoritmo me recomiende la nueva serie de Diego Martínez Ulanosky, “Desenfrenadas”. No me aparece en la categoría de “Populares en Netflix”. Ni en la de “Mujeres que se apoderan de la pantalla”. Ni en “Programas de TV internacionales”. Ni en “Nuevos lanzamientos”. Vamos, ni siquiera en “Telenovelas”… Para ver “Desenfrenadas” tuve que buscarla. Por título. Cosa que casi nadie hace. ¿Por qué será que una serie mexicana no aparece en el algoritmo de alguien que ve series mexicanas? Una pista: “Desenfrenadas” nos retrata a México. Pero a un México muy extraño.

Empecemos con sus personajes centrales, cuyo viaje a Oaxaca se descalabra por circunstancias que… pues… también son muy extrañas:

Tessa Ia es “Vera”, una “strong independent woman” – foto: Netflix

Una futura médica (Bárbara López) con enorme talento pero cero entusiasmo. Una “strong independent woman” (Tessa Ia) con enorme entusiasmo pero cero talento (¡saluda con “holi” y afirma con “obvi”!). Una poeta feminista (Lucía Uribe) sin talento y sin entusiasmo. Y una chica de barrio (Coty Camacho) que huye de unos matones que le quieren cobrar las deudas de juego de su novio. Estas cuatro mujeres se encuentran, como promete la primera secuencia de la serie, en una versión mexicana de “Thelma & Louise”: su coche, perseguido por los malos, apenas alcanza a frenar justo frente a un precipicio. Pero es una versión muy extraña en un México muy extraño.

Porque en el mundo de esta serie, los chicos de barrio hablan como si vivieran en la Condesa. Las sirvientas viven agradecidas con la bondadosa familia a la que sirven. Los antros “hot” están adentro de una vulcanizadora. Los trasplantes de cerebro están a punto de ser posibles. Las revistas de moda son calcas del mundo de “The Devil Wears Prada”. Las feministas son (casi todas) feas y lesbianas. En fin. Un México muy extraño: eminentemente whitexican (¡los créditos de salida corren con “En el 2000” de Natalia Lafourcade como canción de fondo, por piedad!).

“Desenfrenadas” – tráiler oficial

A lo mejor ése es el tema: Ulanosky nos quiere contar una historia de mujeres que encuentran su camino y su misión en la vida a través de un empoderamiento que sólo pueden darse ellas mismas. Nos quiere confrontar con un país donde el machismo y la violencia de género son parte fundamental (y claro que lo son) del problema. Nos quiere presentar a unas mujeres que no le tienen miedo a nada, ni siquiera al miedo. Pero lo hace desde un lente con colores muy extraños. No sé si sea porque Ulanosky no ha podido escapar del mundo estridente de MTV y Nickelodeon, que es donde ha forjado gran parte de su carrera. No sé si es porque no ha querido escapar de ahí, porque es un lugar cómodo, muy masculino y muy, muy whitexican, para ver —de lejos y desde arribita— los problemas de México y sus mujeres. Del México de verdad y de sus mujeres de verdad.

En fin. Como serie, “Desenfrenadas” es entretenida a medias. Predecible al cien. Pero como retrato de las crudas realidades que las mujeres mexicanas deben enfrentar, no deja de ser pasteurizado (a pesar de que hay palabras altisonantes en abundancia) aséptico y muy, muy extraño.

Etiquetas: Netflix

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