Carmen Barahona se declaró culpable por la muerte y tortura de su hija adoptiva de 10 años. La mujer, gracias a un acuerdo, recibirá una sentencia de cadena perpetua si testifica contra su esposo.
El cuerpo de la niña se halló el 14 de febrero del 2011 en la carretera I-95 en el condado de Palm Beach, Florida. Estaba en la parte trasera de la camioneta de su padre, empapado en químicos. Nueve años después, Carmen Barahona, de 69 años, se declaró culpable de homicidio en primer grado y abuso infantil agravado por la muerte de Nubia Barahona.
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El hermano gemelo de Nubia, Victor, igualmente fue rociado con químicos; sin embargo, se recuperó. Fue él quien le relató a los investigadores el abuso que sufrían.
Los acuerdos del estado con la víctima y el victimario
La fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernandez Rundle, señaló este viernes que la lectura de sentencia de Carmen Barahona se aplazará hasta que ésta testifique contra su esposo.
En caso de ser condenado por la muerte de la menor, Jorge Barahona, el padre de los gemelos adoptados, enfrentará la pena de muerte.
Los niños fueron adoptados por los Barahona en el 2009, pese a “numerosos incidentes” que debieron alertar a la agencia estatal.
“Al permitirle hoy un acuerdo de culpabilidad y asistir en el juicio de su esposo, estamos un paso más cerca para ayudar a que la víctima sobreviviente en este caso vea que la justicia prevalece para él y su hermana gemela”, dijo la fiscal.
El caso de Nubia y Victor hizo mucho ruido en el Departamento de Niños y Familias de Florida, ya que, a pesar de las varias denuncias de abuso contra los padres, no se hizo nada.
