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“Gentefied”: Cómica radiografía del dolor

rafael sigler
Por: Félix Cortés

Netflix tiene en su plataforma, por fin, la primera temporada de “Gentefied”, el dramedy que prometió presentar una visión chicana del sueño americano.

Vaya que cumple con esa promesa. Y no sólo la cumple, lo hace haciéndonos reír y conmoviéndonos hasta la médula.

Gentefied

Creada por Marvin Lemus y Linda Yvette Chávez, Gentefied nos presenta una familia en la que se juntan visiones distintas de lo que significa ser latino en los Estados Unidos: tres primos que tendrán que unir fuerzas para salvar el negocio del abuelo Casimiro, un restaurante familiar en el barrio latino de Boyle Heights, amenazado por desarrolladores que lo quieren “gentrificar” y atraer el dinero fresco de millenials blancos y afluentes: “they may love all our shit, but they don’t love us,” (“amarán toda nuestra mierda, pero no nos aman a nosotros”, dirán de ellos en el primer capítulo.

Cuatro personajes que representan actitudes muy diferentes ante la transformación de una comunidad latina que se ha ido forjando una identidad y ante la amenaza de perderla y convertirse en una versión pasteurizada e inofensiva de sí misma.
Gentefied

Ana (Karrie Martín) es la artista: un alma libre que busca la manera de protestar ante la pérdida de los espacios que su comunidad se ha ganado, y defender no sólo su vocación sino también su orientación sexual y su identidad ante una madre tradicional y cerrada.

Erik (Joseph Juan Soria) es el desorientado: un alma noble que ha dejado que la desesperación y la falta de perspectivas lo conviertan en alguien agresivo y testarudo. Es notable que sea justo él quien ejecuta la acción más violenta del primer capítulo, la de correr a un viejo y querido empleado del restaurante.

Gentefied

Chris (Carlos Santos) es el desarraigado: ha comprado la visión “anglo” y busca asimilarse, renunciando a su herencia latina. Planea estudiar alta cocina en Francia y ganar estrellas Michelin, habla casi solamente en inglés y trabaja en un restaurante de lujo donde el chef gringo apenas disimula su racismo ante sus cocineros, todos latinos.

Y el abuelo Casimiro (el gran Joaquín Cosío) es la vieja guardia: la que creyó en el “sueño americano” y construyó el suyo, pero ahora tiene que ver, con creciente tristeza y rabia, que se lo quieren tumbar. Y sin embargo, no se da por vencido: “Somos pinches pobres pero con un chingo de sueños.”

Son tiempos en los que, según Casimiro, nos matamos para “dejarles un legado para nuestros chiquillos, sólo para descubrir que todavía no es suficiente para salvarlos. No es suficiente para darles un futuro más seguro.” Lo que arranca siendo una situación sin salida se convertirá a lo largo de los diez capítulos de esta primera temporada de Gentefied en una batalla campal en la que los latinos lucharán por su identidad y su trascendencia en el experimento norteamericano.

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