Por: Félix Cortés
Una de las novelas gráficas más célebres de América Latina es “El Eternauta”, original del argentino Héctor Oesterheld. Fue publicada por primera vez en 1957 y desde entonces se ha mantenido vigente con una larga historia de recopilaciones y secuelas. A lo largo de ella, conocemos la historia de Juan Salvo, el Eternauta, uno de los pocos sobrevivientes luego de que una misteriosa y letal nieve acaba con la mayoría de la raza humana como parte de una invasión extraterrestre.
Desde su primera aparición, se ha buscado la manera de adaptarla al cine o a la televisión (el primer intento se llevó a cabo en 1960), pero ninguno de estos esfuerzos rindió frutos; así nació la leyenda de que “El Eternauta” era imposible de llevar a las pantallas.
Hasta ahora.
Porque todo indica que una reunión sostenida el 18 de febrero en la Casa Rosada en Buenos Aires, entre el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, sirvió para concretar varios proyectos de inversión del gigante del streaming en el país latinoamericano, entre ellos la tan esperada adaptación a la pantalla de “El Eternauta”. Esto como parte de una estrategia de inversión de Netflix para lanzar una filial productora en Argentina, donde la plataforma cuenta con cuatro millones de suscriptores. La intención es, de acuerdo a trascendidos en la prensa local, establecerse en el Cono Sur como productora de contenidos, series y películas, destinadas al mercado latinoamericano.
Según reportes de El Clarín, principal diario de Argentina, Netflix haría el anuncio oficial acerca de “El Eternauta” en estos días, una vez que concluyan las negociaciones con el gobierno de Fernández.
Aquí en México, nos preguntamos: ¿Y Kalimán para cuándo, señores de Netflix?
