Por: Sebastián Cortés.
El Salón de la Fama del Rock and Roll creado para inmortalizar a los grandes que crearon este género, fue una idea de Ahmet Ertegun, aquel fan del jazz y soul que creó Atlantic Records y que apoyó carreras como la de John Coltrane, Aretha Franklin, Ray Charles, Yes, Led Zeppelin y AC/DC por mencionar algunos. Contó con la colaboración del editor de la revista Rolling Stone, Jann S. Wenner y el fundador de Sire Records Seymour Stein, que también tiene un currículum envidiable. Gracias a Sire conocemos artistas del calibre de Talking Heads, The Cure, Soft Cell, Depeche Mode, Madonna y Los Smiths.
Se encuentra en Cleveland, Ohio, porque es el lugar donde el DJ Alan Freed inventó el término rock and roll, en su programa de radio de la WJW en las madrugadas de 1950.
La condición para ser inducido es que un panel de notables críticos, gente de la industria y otros músicos, junto con el voto del público, dan su voto a los artistas, quienes tienen que tener más de 25 años después de su primera grabación. Sin embargo este proceso no está exento de controversias. Este año, por ejemplo, se va a incluir a leyendas como Depeche Mode, Nine Inch Nails, Los Doobie Brothers, y -¡al Fin!- a T.Rex. Acompañados de artistas tan rock and roleros como The Notorious B.I.G. –¿Qué no era rapero?- y ¡Whitney Houston! ¿Qué tiene que hacer Whitney Houston en el salón de la fama del rock? ¿Será la rebeldía de las canciones que ella no escribía? ¿Será la libertad que se siente cuando se escucha alguno de sus discos? ¿Lo contestatario de sus shows? Todo un misterio.
¿Qué tiene que hacer
Pero, ¿Whitney Houston en el salón de la fama del rock? ¿Será la rebeldía de las canciones que ella no escribía? ¿Será la libertad que se siente cuando se escucha alguno de sus discos? ¿Lo contestatario de sus shows? Todo un misterio.
Un misterio como el hecho de que bandas como Jethro Tull, Mötorhead, Iron Maiden y Judas Priest, que han traído patria y libertad a generaciones de seguidores del rock no estén incluidos. Y ni qué decir de bandas tan importantes e influyentes para generaciones de músicos como Kraftwerk ó Joy Division aún no estén incluidas. Al final, las decisiones de incluir o no a alguien siempre van a tener fanáticos descontentos. Pero hay algunas omisiones que de verdad no se entienden de ninguna manera.
Ya iremos a Cleveland y les contaremos.
