- Los restos de la mujer fueron recuperados de una cueva en Tulum por un equipo de buzos mexicanos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Heidelberg halló el esqueleto de una mujer que data de hace casi 10 mil años, dentro de la cueva Chan Hol, cerca de Tulum en la península de Yucatán en México.
En un estudio publicado esta semana, la universidad informó que el esqueleto data del final de la más reciente edad de hielo, el pleistoceno tardío, por ello señalan que la osamenta tiene al menos 9 mil 900 años de antigüedad.
Los restos de la mujer, que se calcula tenía unos 30 años al momento de morir, fueron recuperados por los buzos mexicanos Vicente Fito e Iván Hernández, para luego ser documentados por los investigadores.
El equipo de investigadores, dirigido por el profesor Wolfgang Stinnesbeck, llegó a esta fecha tras analizar los depósitos minerales que cubrían los huesos de la mujer.
El esqueleto se descubrió en Chan Hol, una cueva cercana a la ciudad de Tulúm. Otras nueve osamentas prehistóricas han sido encontrados ahí previamente. Mucho de lo que se sabe respecto a los primeros habitantes en México es gracias a ellas.
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El cráneo de la mujer presentaba varias lesiones, pero no parecían haber sido el motivo de su fallecimiento.
Los especialistas también descubrieron signos de una infección bacteriana que habría causado una alteración grave de los huesos craneales.
Al igual que los otros nueve esqueletos hallados en este sistema de cuevas en Tulum, los dientes de la mujer tenían caries, posiblemente debido a una dieta alta en azúcar”, detalla el estudio.
Para determinar la edad del fósil, el equipo de investigación de la universidad estudió el esqueleto con un método llamado ‘datación’, el cual ha ayudado en otras ocasiones a obtener pistas importantes sobre la historia de los primeros asentamientos del continente americano.
De acuerdo con el profesor Wolfgang Stinnesbeck, los esqueletos de Tulum exhiben características craneales de cabeza redonda, mesocefálicas (cráneo de proporciones medias o normales y frente plana), diferentes a la morfología de cabeza larga o dolicocefálica.
Para los investigadores, la forma redondeada del cráneo podría ser un indicador de que dos grupos morfológicamente distintos habitaron en esta zona al mismo tiempo.
“Ambos pudieron haber llegado al continente de distintos puntos geográficos, o quizás hubo tiempo suficiente para que un pequeño grupo de colonizadores viviera en isolación y desarrollara una morfología distinta”, señala el estudio.
