Rafael Puente: El DT del discurso bonito… Y de un sube y baja constante

Rafael Puente del Río.
Se convirtió en técnico luego de tocar y tocar puertas, ascendió a Lobos BUAP y así llegó al Máximo Circuito, donde ha tenido buenas y muy malas experiencias.

Rafael Puente del Río tardó siete meses y 30 partidos para conseguir el ascenso a Primera División con Lobos BUAP. Fueron los primeros 30 juegos de su vida como director técnico.

Antes, presentó proyectos y se acercó a las directivas de PachucaAtlasCruz Azul y Chivas, entre otros clubes, pero nada prosperó.

Tuvo una carrera efímera como futbolista: logró debutar en Primera División en el Atlante y pasó de noche por Necaxa.

En la búsqueda del camino deseado incursionó como actor, directivo de las Chivas y comentarista de televisión, siendo esta última faceta en la que más destacó, pero consciente en todo momento de que el sueño estaba en la banca de algún equipo.

¿Cuál? El que se aventurara a creer en un tipo de 38 años –en ese entonces– con nula experiencia dirigiendo, pero eso sí, con lucidez y conceptos muy claros, además de un deseo y convicción para trascender a prueba de todo.

En 2016 recibió una oferta para dirigir al Tampico Madero de la Liga de Ascenso, y fue tanta su emoción y deseo por convertirse en entrenador, que aceptó de inmediato. Sin embargo, cuando ‘tocó base’ con la familia, su esposa le puso un freno.

La inseguridad en Tamaulipas y mover a sus hijos de ciudad fueron argumentos suficientes para que el anhelo de dirigir siguiera esperando.

Ese mismo año, mientras Lobos BUAP cumplía con una campaña de mediocre a mala, Rafa envió un mensaje directo a través de su cuenta de Twitter a la directiva del Lobos BUAP solicitando reunirse con ellos para presentar un proyecto.

La petición se la hicieron llegar a Luza Esparza, vicepresidenta del equipo, quien con muchas reservas e incredulidad accedió a recibir a Puente del Río, pues sólo lo conocía por su faceta como analista de televisión.

En la charla Rafa expuso sus ideas, la necesidad de conformar un grupo de seres humanos antes que jugadores, y pidió que lo tuvieran en el radar por si acaso en el futuro necesitaban a un entrenador.

Las cosas no iban bien en en el club y semanas más tarde, mucho antes de lo que el propio Puente del Río esperaba, Luza Esparza consultó con el patronato de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla la posibilidad de contratar al novato, y aunque no recibió el visto bueno de todos los integrantes, la joven directiva decidió arriesgarse y apostar por un cambio.

El torneo Apertura 2016 estaba prácticamente perdido, Lobos naufragaba en los últimos lugares de la tabla y por si fuera poco, Rafa se presentó con goleada de 5-1 en contra ante el Mérida, que en ese entonces era dirigido por su excompañero de panel, José Luis Sánchez Solá.

Puente se jugaba su continuidad como técnico de Lobos y una efímera carrera en la banca con tan sólo cinco partidos. Tras la sacudida del debut, logró cerrar con cierto decoro la campaña, y ahora sí, tuvo tiempo de estructurar mejor al plantel de cara al Clausura 2017.

El equipo cumplió con un buen torneo, nada espectacular, pero amarró su clasificación a la Liguilla como sexto lugar general… El resto es historia…

Dos títulos en menos de un mes: Campeón del Clausura y ganador de la Final por el Ascenso.

Sumamente conmovido, envuelto en lágrimas y dándole crédito en todo momento a los protagonistas del éxito, los futbolistas, Rafa se abrazó de su padre y advirtió que de Primera División nadie lo iba a mover.

“Yo ahí me quedo y nadie me regresa”, dijo con la conciencia de quien llegó al Máximo Circuito por la única ruta que podía hacerlo, el ascenso, pues nadie iba a darle una oportunidad en la categoría mayor a un novato.

Vaya ironía. Rafa consiguió el ascenso luego de 30 encuentros dirigidos, y tras el mismo número (17 del Apertura 2017 y 13 del Clausura 2018) de juegos en Primera División fue cesado. El técnico de los 30 partidos.

La segunda experiencia al frente de un equipo también tuvo altas y bajas. Clasificó a Querétaro a una Liguilla (Apertura 2018), su primera en el máximo circuito, pero fue eliminado a las primeras de cambio por Cruz Azul.

La siguiente campaña todo se nubló. Arrancó el torneo con siete derrotas en fila y fue cesado. En resumen dirigió 35 partidos a Gallos Blancos entre Liga y Copa, de los cuales ganó 12, empató 6 y perdió 17.

Tras una pausa, de nuevo la televisión fue su refugio en su faceta de analista, pero a la espera de una nueva oportunidad. Su nombre sonó como candidato de varios equipos, entre ellos, las Chivas, hasta que en el presente torneo el Atlas lo regresó a dirigir.

El debut, según sus propias palabras, fue “desastroso”. 1-3 contra Monarcas en casa. Está de vuelta Puente del Río, ciertamente un entrenador joven, atrevido, fiel a una idea de juego, convencido de que jugar bien es el mejor camino a la victoria, y con ideas y conceptos claros. 

Sin embargo, en el demandante futbol de nuestros días, los resultados dictan el destino de los técnicos  y el discurso bonitos se agota cuando no llegan.

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