Alta costura desde prisión

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Foto EFE

Decenas de internas en el Centro de Readaptación Femenil de Puente Grande en México, crean un taller de alta costura. 

El taller es administrado por la empresa Ragazza Fashion, y elabora corsés que posteriormente se convertirán en vestidos para quinceañeras. Para las internas, significa una oportunidad para construir una nueva forma de vida. 

“Es demostrarme a mí misma y demostrarle a mi familia que sí se puede, que no importa el lugar en dónde estés, tienes que agarrarte de lo mejor que tengas para salir adelante” señaló Alma, una de las reclusas para la agencia EFE.  

Alma dijo haber estado involucrada en el bordado de decenas de corsés a lo largo de cuatro años. Incluso bordó el de su hija mayor, quien cumplió 15 años recientemente. Para ése diseño, la dueña de la empresa de alta costura, Ragazza Fashion, le autorizó dedicar parte de su jornada laboral, que consta de 8 horas diarias, para terminar el vestido de su hija. La hija de Alma lució su vestido de quinceañera en una fiesta especial dentro del reclusorio. 

Los vestidos ensamblados por Ragazza Fashion están hechos a la medida de cada quinceañera, y son comercializados en México y Estados Unidos. Cada uno de los modelos está hecho completamente a mano, cosidos con agujas e incrustando piedra por piedra. 

La iniciativa es parte del proyecto “Reinserción, segunda oportunidad” que tiene como propósito darle a las mujeres que están privadas de la libertad la oportunidad de aprender un oficio que les permita ser productivas dentro y fuera del reclusorio, contó el director de prevención y reinserción social , José Antonio Pérez a EFE.

Hasta el momento, tres trabajadoras del taller de alta costura que recuperaron su libertad después de cumplir su condena, se incorporaron de tiempo completo a la empresa Ragazza Fashion. Hoy en día, son ellas quienes se dedican a capacitar a sus ex-compañeras sobre nuevas técnicas de bordado. 

Con información de EFE 

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