Por: Félix Cortés Scholer @piroquinesis
Íban tan bien… Luego de un par de años de #oscarssowhite (2015 y 2016), la Academia parecía haber aprendido la lección. Pero luego, llegaron las nominaciones de este año. Tan sólo en las categorías de actuación, por ejemplo, es notoria la ausencia de diversidad en los nominados. Salvo Cynthia Erivo (“Harriet”), las listas brillan por su blancura. Y un nombre en particular parece faltar, al menos según críticos y público. ¿Dónde está Jennifer Lopez?
Su actuación como emprendedora bailarina exótica en “Hustlers”, dirigida por Lorene Scafaria, había despertado muchas esperanzas: ¡por fin, luego de 20 años de no figurar (cuando Benicio del Toro ganó por “Traffic”), por fin un latino sería nominado!
No.
Podrá decirse mucho sobre la calidad del trabajo de Jennifer Lopez. El hecho es que la Academia pasó por alto una oportunidad para reconocer a un sector de la industria que (algunos dirán, más que otros) siempre fue tratado como invisible.
¿Invisible? ¡Ahí están Cuarón, del Toro, Iñárritu, Prieto y Lubezki! ¡Salma Hayek, Catalina Sandino, Yalitza Aparicio! Cierto. Pero ellos son trasplantes recientes, que se formaron en sus países de origen. No representan a los cientos, miles quizás, de hispanos que viven de Hollywood. Ellos mismos lo reconocen: Cuarón dijo a Remezcla, luego del triunfo de “Roma” el año pasado, que “definitivamente los hispanoamericanos, particularmente chicanos, están muy, muy mal representados.”
Hay un par de latinos nominados en categorías “menores” (vestuario, efectos visuales). Algunos dirán: claro, tras bambalinas, como siempre.
Housekeeping…
